Francisco Apaolaza
Miss Poison
A la protagonista de estas líneas la han bautizado como Miss Poison y si el mundo cumpliera las leyes secretas de la literatura, ese nombre le correspondería a Celia Villalobos,
A la protagonista de estas líneas la han bautizado como Miss Poison y si el mundo cumpliera las leyes secretas de la literatura -la literatura sí que cumple las leyes del mundo-, ese nombre le correspondería a Celia Villalobos, que ayer andaba alborotada por los pasillos del Congreso en los que se acecha a sí misma. El bellísimo mote le ha caído a la presunta asesina del hermano del presidente de Corea del Norte. La observo en una captura de vídeo a la salida del aeropuerto de Kuala Lumpur, los labios pintados en un rojo excesivo, la piel cerúlea, los pómulos marcados, flequillo de terrorista de los ochenta y un jersey blanco con las letras LOL en el pecho, siglas de ‘laughing out loud’, muerto de risa. Tiene sentido del humor. Lleva en su mano de agente secreta, que a saber qué artes marciales secretas conoce, un bolsito sin maleta. No iba al aeropuerto a viajar.
La policía cree que en los mostradores de facturación de la terminal 2 y en compañía de otra mujer y roció con veneno a Kim Jong Nam, hermanastro del presidente de Corea del Norte Kim Jong Un. Este lance puede modificar para siempre la fantasía erótica de aeropuerto en la que dos desconocidas coreanas, sin razón aparente, se acercan a uno en el aeropuerto para echarle un polvo. Dicen los periódicos que vivía en la disidencia desde que en 2001 fue detenido cuando intentaba escapar a Japón para visitar un parque de Disney y que desde entonces no le perdonara la traición. Quizás lo mandara asesinar en venganza por haberse comido la última medianoche de paté en su fiesta de su décimo cumpleaños. Todo es posible en esa familia que tiene un volumen corporal tan generoso y que me recuerda a una comuna hippie que conocí en las montañas de Navarra y en la que todos estaban secos como palos menos el que criaba los cerdos, que andaba por allí, pintado de colores y saludablemente gordo. Era ese también un sistema de reparto de riqueza, pero de reparto desigual. En Corea del Norte ocurren cosas peregrinas, pero el país ya no tiene la exclusiva del dislate. Trump, que parece que alterna los tuits con los sorbitos de Cazalla, dijo hace unos años que a qué gastar tanta pasta en proteger a Corea del Sur sin recibir nada a cambio. Na-da-a-cam-bio. Convertido en el amo de la política internacional, se ha propuesto sumar a sus logros de magnate el de haber convertido la Casa Blanca en la de tócame, Roque. Los propios trabajadores del gobierno estadounidense se han tirado en brazos de la prensa y sus filtraciones pues, hasta los más partidarios sospechan que Trump está determinado a transformar el Despacho Oval en una sucursal anglosajona del Coño de la Bernarda. A grandes rasgos, el resumen de la política exterior americana viene a ser que el señor presidente puede confundir en cualquier momento el botón rojo nuclear con el que enciende la PlayStation.
Dicen que cuando Wall Street se resfría, todas las bolsas del mundo estornudan. El ministro del Interior Juan Ignacio Zoido, por ejemplo, vive últimamente en un episodio de Jackass. Ahora asegura que no encuentra los informes policiales del 11M ni los de Marta del Castillo. Se los ha comido el perro de Canillas, sin duda. A veces creo que los periodistas estamos robando el trabajo a los autores del Carnaval de Cádiz. LOL, dijo Miss Poison.