El valor de las ideas

Las ideas son las que mueven el mundo y son las que verdaderamente definen a un líder

Cada vez que estamos inmersos en un periodo de avance científico, industrial o, como es nuestro caso actual, tecnológico, es frecuente que muchos vean con miedo que ese proceso de cambio pueda traer consigo la desaparición de ciertos empleos y puestos de trabajo. Sobre todo, ... aquellos que realizan una labor mecánica y que pueden ser fácilmente sustituido por máquinas.

En contraposición a esa teoría, hay quienes defienden que esos empleos que antaño hacían una labor mecánica o manual se acaban reconvirtiendo en otros cuya función es controlar y supervisar el funcionamiento que desempeña una máquina. Es cierto que suele ser así, no obstante, suele ocurrir que dicha máquina habitualmente realiza no el trabajo de una persona, sino el de muchas a la vez. Más rápido y sin problemas relacionales, emocionales, personales ni quejas.

En cambio, entre otras cosas, hay una labor en la que una máquina difícilmente nos puede sustituir: en dar ideas, debatirlas, exponerlas y llevarlas a cabo.

Porque eso, junto a la empatía, es la carta de recomendación que mejor avala a los seres humanos contra cualquier elemento tecnológico.

En un momento en el que la estabilidad laboral brilla por su ausencia, en el que la dificultad para salir adelante de algunos negocios, organizaciones e instituciones es cada vez mayor, se necesitan personas proactivas, con ideas y que den soluciones a problemas, en vez de generar otros nuevos.

Por ello, las empresas cada vez valoran más – por una cuestión de necesidad - la contratación de aquellos que son capaces de resolver situaciones complejas en las que intervienen muchos factores, aportando ideas y eficacia.

Muchas veces es esa proactividad y rapidez mental la que decanta la progresión laboral de una persona que acaba de iniciarse en el mundo profesional.

Sin embargo, con frecuencia, la educación reglada limita esa proactividad. La repetición de ejercicios mecánicos, la forma de encarar las clases de algunos docentes en las que el que enseña se limita a repetir lo que viene escrito en los apuntes o los exámenes en los que se pide vomitar contenido directamente suelen adormilar a la sociedad y crear generaciones aborregadas. Es en esta etapa formativa cuando más debería desarrollarse esta habilidad del ser humano para que, sumado al aprendizaje de conocimientos, reciba una formación integral tal y como viene recogido en el artículo 27 de nuestra Constitución. Es en esa etapa cuando mayor importancia cobra saber dar valor al pensamiento crítico, a las ganas de innovar y a diferenciar una buena idea de una ocurrencia.

Porque formar en ideas es lo que más garantiza un amplio abanico de posibilidades en el futuro. Las ideas son fundamentales en arquitectura, en política, en la comunicación, en la literatura, en la música, en el cine y en todos los aspectos de nuestra vida. Las ideas son las que mueven el mundo y son las que verdaderamente definen a un líder. Trascienden más allá del espacio y del tiempo, como definía Platón en su visión de la realidad.

Las personas que tienen ideas, que trabajan por hacerlas realidad y que luchan porque trasciendan, tienen un valor añadido incalculable. Ahora que comienza el verano, periodo vacacional por excelencia, nuestra mente tiende a relajarse. Con la mente despejada, las ideas fluyen mucho mejor. Ojalá sirvan estas vacaciones para que todos vengamos con ideas nuevas y con ganas de desarrollarlas, para hacer que nuestro día a día, funcione un poco mejor.

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