Miguel Ángel Sastre
Resiliencia y simbiosis
El concepto de "programas de innovación educativa" lleva ese apelativo, porque precisamente, las iniciativas asociadas a él se adelantan a las exigencias de cada momento, aplicando la idea de "resiliencia" y “simbiosis” al ámbito docente
Darwin afirmaba que las especies que sobrevivían en tiempos difíciles eran aquellas capaces de adaptarse mejor a los cambios. Es decir, aquéllas que son "resilientes" tienen menos probabilidades de extinguirse, pero, además, las que necesitan subsanar algunas de sus carencias establecen relaciones "simbióticas" ... con otros organismos como vía para garantizar su supervivencia. Extrapolándolo como metáfora, a pesar de que todos comprendemos esa idea, nuestras leyes educativas, suelen adaptarse de manera lenta a los cambios. Un problema derivado de legisladores ideologizados y sin intención de formar adecuadamente a generaciones venideras. Sin ir más lejos, en esta época, ningún plan de estudios nos prepara para que la incertidumbre y los cambios acelerados no nos devoren.
Por el contrario, el concepto de "programas de innovación educativa" lleva ese apelativo, porque precisamente, las iniciativas asociadas a él se adelantan a las exigencias de cada momento, aplicando la idea de "resiliencia" al ámbito docente. Suelen ser pragmáticas, dando respuestas eficaces a problemas que florecen en la sociedad antes de que la educación reglada los encare. Existen muchas: nacionales e internacionales. Algunas, nacidas en nuestro país, incluso, en nuestra tierra. Unas más arraigadas, otras nuevas.
Cuando nadie denotaba que, a veces, teníamos carencias para que los alumnos pudieran reflexionar críticamente, argumentar y comunicar lo pensado, nació “Jóvenes Promesas” (JP), a la vez que el debate como actividad lúdica se extendía por nuestro país. Con el tiempo JP se reinventó, haciendo que las conclusiones de un debate pudieran ser acciones positivas realizadas por jóvenes en su entorno. Hace más de dos décadas nació “Modelo de Parlamento Europeo” (MEP) de la Fundación San Patricio, dando respuesta al alejamiento progresivo de la ciudadanía de las instituciones europeas. Un programa que consigue que los jóvenes experimenten el funcionamiento de los órganos comunitarios, haciendo que eurodiputados y altos cargos de la Unión estén al tanto de la iniciativa y colaboren aportando su pequeño grano de arena. “Investiga I+D+i”, también de la Fundación San Patricio - ahora "Iberdrola Innova I+D+i" -, fue pionero hace más de diez años, diagnosticando la revolución científico - tecnológica que vendría, y resaltando la importancia de acercar la ciencia a las etapas preuniversitarias. Estableciendo, además, "simbiosis" con grandes empresas de nuestro país y entidades de enorme renombre científico. Muchas universidades deberían tomar nota de ello.
Estas iniciativas, además, sirven, para cohesionar territorialmente España, congregando participantes de todos los rincones. En muchos casos, con Madrid como lugar de encuentro: demostrando el carácter acogedor de la capital. Iniciativas que, por cierto, en la provincia de Cádiz cada vez tienen más éxito.
Programas educativos capaces de adaptarse con celeridad al formato online . La semana pasada el MEP celebraba su Sesión Nacional de manera telemática. Este fin de semana lo hará, el programa “Iberdrola Innova”, tras tener que cambiar, hasta en dos ocasiones, su formato a causa de la pandemia.
Así que mientras que los ministerios rehúyen tomar las riendas, cada comunidad tiene que hacer la guerra por su cuenta y los docentes se encuentran desbordados, este tipo de iniciativas, sin alzar la voz, siguen reinventándose en "simbiosis" con los centros educativos. Y es que, por más pandemias que lleguen, seguirán aportando a la sociedad ese ejemplo de "resiliencia" ante los cambios. Ese complemento que nuestra educación necesita para formar personas que piensen por sí mismas.
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