La razón y las emociones

Desde hace un tiempo, muchos se dieron cuenta de que una intuición es mil veces más potente que una evidencia

Todos hemos pensado que hay situaciones o circunstancias de nuestra vida que se repiten con frecuencia. Es decir, vivimos en una suerte de día de la marmota en el que hay hechos que se repiten una y otra vez, como si de un bucle – al ... estilo de lo planteado en la serie de ficción Dark – se tratase. Da igual el ámbito en el que nos movamos. Da igual el lugar en el que estemos o con quién estemos.

¿Cuántas veces hemos sentido la percepción de que hemos vivido ya algo? ¿Cuántas veces hemos pensado que algo era imposible que volviese a suceder y vuelve a ocurrir?

La política, que no es más que un concentrado de lo mejor y lo peor del ser humano, es habitualmente un campo en el que todas estas situaciones repetitivas se desarrollan con facilidad. Y es que la política, a veces, no es más que un laboratorio social en el que los comportamientos humanos se testan a prueba de campañas y movimientos estratégicos.

Desde hace un tiempo, muchos se dieron cuenta de que una intuición es mil veces más potente que una evidencia. Que las imágenes, aunque sean mentales y tergiversadas, valen más que mil palabras. Que el lenguaje con el que defines un hecho es determinante para que quien te escucha se convierta en un fan incondicional. Vivimos en un tiempo en el que las emociones han ocupado el hueco de la razón en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida. Un tiempo en el que analizar antes de actuar es visto como propio de alguien frío y calculador. Un comportamiento poco atrevido que se ve con escepticismo.

Con eso se juega en la vida y se juega en política. Lo vivimos a nivel internacional, nacional y en el ámbito local. Porque el populismo juega con eso, con reconstruir el lenguaje y cargarlo de emociones restando importancia a los elementos racionales – las leyes - en los que se deberían fundamentar las decisiones que toma un gobernante. El mercadeo persa generado en relación a los más que probables indultos que va a conceder el Gobierno de España arrodillándose ante los nacionalistas es el ejemplo más reciente de ese uso malévolo de las emociones. Se vulnera, con esta acción, la doctrina que dejara plasmada Francisco Tomás y Valiente – nada sospechoso de ser un fascista retrógrado – en la que se señalaba que un indulto debía ser igual a petición, acatamiento y arrepentimiento. Si no, no debía concederse. Sin embargo, el efecto no es grave, porque la vulneración se hace sobre un elemento tangible. Vulnerar una emoción como es el sentimiento o pertenencia a un país tiene una gravedad, desde el punto de vista social, mucho mayor. Atacar a las emociones y los sentimientos en nuestra vida diaria es visto por quienes nos rodean como hechos mucho más graves que tergiversar informaciones fácilmente contrastables.

A pesar de eso, no hace falta mirar las cosas desde el ámbito nacional para darse cuenta de que muchos juegan con nuestras emociones y nuestras percepciones para mantenerse en el poder. Reinventar la historia, obviar que la Transición fue un abrazo entre quienes pensaban diferente es jugar con nuestros sentimientos de una manera muy cuestionable. Es aprovecharse de que nuestra sociedad no conoce su historia, ergo repite una y otra vez los mismos errores. Retirar el legado de José María Pemán en Cádiz es otra de esas acciones de propaganda propia del equipo de Gobierno municipal.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, por lo que no sería mala idea sustituir esa placa recientemente retirada por una imagen en tamaño gigante en la que se vea el encuentro – que muchos desconocen – entre Pemán y Alberti, símbolo de la reconciliación entre ambos bandos. No hay mejor “Memoria Histórica” que esa. No hay mejor forma de enseñar a todos que juegan con el desconocimiento de algunos. No hay mejor forma de demostrar que no hay más ciego que el que no quiere ver y que aunque ahora las mascarillas vayan a desaparecer paulatinamente, las vendas en los ojos de algunos siguen cada vez mejor anudadas.

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