Nunca fuimos héroes
Mientras que todos comprendemos que sin médicos, enfermeros, celadores, farmacéuticos o investigadores esto no tendrá solución, casi nadie sale a su balcón por quienes también están contagiándose y falleciendo al proteger nuestras calles, de quienes ayudan a nuestros mayores, por quienes montan hospitales de campaña en menos de 24 horas.
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Antes de que nuestro mundo colapsase, en "La Tarde" de Canal Sur Radio, dirigida por Mariló Maldonado, tuvimos la oportunidad de realizar una de esas entrevistas que se recuerdan durante mucho tiempo. Al otro lado de los micrófonos nos esperaba Fernando Benzo , quien, ... entre otros cargos, fue Secretario de Estado de Educación desde 2016 a 2018. No nos relató su experiencia política, sino que hizo algo mucho más útil en una sociedad en la que el 45% de los jóvenes universitarios desconoce quien fue Miguel Ángel Blanco : hablarnos de su libro, al que hace honor el título de esta columna.
Un libro, escrito en clave de novela negra, que cuenta cómo vivieron y cómo padecieron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado los años más duros del terrorismo de ETA , sobre todo en el País Vasco. Un libro que despierta nuestra conciencia y nos obliga a revisar el pasado pero también el presente para que no olvidemos lo que ocurrió.
Años de oscuridad, años de miedo, en los que nuestra única protección eran ellos: Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza, Policía Foral, Ejército , etcétera. Una época en la que se asesinó a más de medio millar de personas de esas que arriesgaban su vida para preservar la nuestra. Una época que muchos han decido guardar en un cajón con cerradura y lanzar la llave al mar.
Sumidos otra vez, por motivos bien distintos, en un tiempo en el que el temor y la incertidumbre se han introducido en nuestro día a día, nuevamente, son estas instituciones en las que confiamos para que la paz y el orden se mantengan. Otra vez son ellos los que arriesgan su vida para garantizar la nuestra .
Y como ocurre con el colectivo de los que trabajan en la sanidad , haciéndolo, en muchas ocasiones, con salarios que no hacen justicia a la labor que realizan y sin medios necesarios para protegerse del mal que combaten .
Pero mientras que nuestra sociedad, todos y cada uno de estos días de confinamiento aplaude a quienes trabajan en hospitales, clínicas y laboratorios, pocos son los que reconocen la heroicidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Mientras que todos comprendemos que sin médicos, enfermeros, celadores, farmacéuticos e investigadores esto no tendrá solución, casi nadie sale a su balcón por quienes también se contagian y fallecen al proteger nuestras calles, por quienes ayudan a nuestros mayores y montan hospitales de campaña en menos de 24 horas.
Cierto sector de la clase política sigue considerando «un gasto superfluo» a la Policía, Guardia Civil o Ejército. Ese mensaje, por desgracia, cala en nuestra sociedad. Siguen siendo menospreciados por los que ahora, afincados en Galapagar , hace poco se emocionaban viendo imágenes en las que algunos manifestantes pateaban a un miembro de la Policía Nacional.
Sin embargo, no existirá cuarentena suficientemente extensa para aplaudir lo que hacen por nosotros. Como afirma Fernando Benzo, puede que ellos nunca se hayan considerado héroes , ni hayan exigido a la sociedad que los trate como tal, pero sí que lo son . Todos ellos son héroes. Héroes de carne y hueso.