Miguel Ángel Sastre

Memoria de pez

Ayer, el periódico principal de este grupo publicaba un estudio demostrando que el Gobierno ocultó información sensible previa a la pandemia. Algo que sabíamos pero que, habíamos, de nuevo, olvidado

Miguel Ángel Sastre

Continuando con las metáforas sobre animales, tras hablar de elefantes y hormigas la semana pasada, ésta toca hablar de peces.

No es que la afición a las películas de Pixar haga que nuestra mente asocie situaciones cotidianas con personajes de ficción de esta productora. No ... es que cuando uno piensa en un ser con memoria débil se acuerde de la entrañable Dory, protagonista de ‘Buscando a Nemo’. Lo que ocurre es que, aunque nos pese, en todo esto que estamos viviendo somos un poco Dory. Dicho de otra forma, tenemos memoria de pez.

No es algo que haya comenzado con la pandemia, que solo ha acelerado que nuestra mente archive noticias porque no puede procesarlas. Sino que nuestra amnesia viene de largo.

Si acotamos el espacio temporal solo desde la investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020 –tras unas cuantas fallidas–, veremos cómo las mentiras y los escándalos se han ido repitiendo casi sin margen para respirar. Un escándalo ha ido tapando a otro y la mitad de las cosas ni las recordamos. Como el que entra en una habitación y ve sus paredes tan sucias, que no puede ni distinguir una mancha de otra, dándose por vencido.

Porque, que un Gobierno que nació con pecado original –la mentira de convocar elecciones para no pactar con Podemos y hacerlo a las 48 horas–, siga teniendo todavía un respaldo en muchas encuestas cercano a los 100 escaños, siendo benevolentes, solamente lo explica nuestra memoria de pez.

Porque no recordamos ya ni las maletas de Delcy, ni las salidas de tono de Pablo Iglesias –al que Madrid puso en su sitio–, ni las pifias de Montero, Belarra y Garzón, ni el «le va la vida en ello» de Carmen Calvo, ni los ominosos pactos con Bildu. Todo va quedando diluido en la fosa de información.

Ayer, el periódico principal de este grupo publicaba un estudio demostrando que el Gobierno ocultó información sensible previa a la pandemia . Algo que sabíamos pero que, habíamos, de nuevo, olvidado. Y aunque ya los planes del Gobierno no salen de la factoría Redondo, siguen estando hilados muy finamente. Los expertos en política lo llaman ‘agenda-setting’, o marcar la agenda. Es decir, hacer que se hable de lo que a ti te interesa. Quien da primero, dicen que da dos veces. Hasta ahora, salvo en excepciones contadas, han nadado con la corriente a favor. Eso debería terminar.

Por eso, toda alternativa debe ser lo suficientemente inteligente como para repetir estratégicamente los mensajes de fondo. Y la prensa crítica con la situación actual debería tomar nota de ello, también. No caer en distracciones, sino agrupar bajo unas cuantas ideas las tropelías de Pedro Sánchez y sus ministros. Y las ideas son claras: la constante distorsión de la verdad y la realidad, la falta de proyecto político para que España sea un país con futuro y cómo están haciendo todo lo contrario a eso, así como los pactos sin decoro para mantenerse en el poder a cualquier precio y cambiar nuestro sentido de la historia.

Nuestros gobernantes han ido dejando una serie de migas como en el cuento de pulgarcito que construyen, si las recogemos, un camino a la Moncloa. Garzón, hace poco dejó otras tantas cuantas. Ojalá sepamos recogerlas y recordar constantemente, cada uno de los errores de este Gobierno. Porque aunque todos tengamos nuestros problemas en el día a día, la factura de la luz, el precio de la gasolina, el empleo, la postura frente al virus, también son cuestiones que limitan nuestra vida. Y quizás, si nuestra memoria no fuese tan parecida a la de un pez, muchos de estos problemas empezarían a disiparse de una forma más rápida o, por lo menos, no se repetirían cada vez que la rosa deja sus pétalos en el Gobierno.

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