Coaches

En un tiempo en el que este término se utiliza, cada vez más, para hablar de “freelances” que motivan a personas en su día a día y en su trabajo, estas dos personas dan sentido a esa palabra

Lo habitual, al nacer en un lugar, es que futbolísticamente apoyes al equipo de allí: te alegres de sus victorias y sufras con las derrotas. Así es para los que somos gaditanos. Sin embargo, en el sentimiento de pertenencia a un equipo de fútbol influyen ... otras variables y una de ellas es la tradición familiar. Algo que hace, incluso, que tu vínculo con otras personas importantes de tu vida sea más fuerte.

Cuando alguno de tus progenitores ha nacido en otra ciudad y siente devoción por algún equipo concreto, lo lógico, – salvo excepciones – es que heredes esa afición. Máxime, cuando el primer regalo que te hace, cuando aún no tenías uso de razón, está relacionado con ese equipo de fútbol.

En Cádiz, además de ser “cadistas”, muchos somos también madridistas. Y no nos avergonzamos de ello.

En los últimos años, el Real Madrid volvió a reinar en Europa. Mourinho hizo que este equipo recuperase el hambre por ser el mejor. Sin embargo, en 2013 se produce un hecho diferencial. Carlo Ancelotti llega al banquillo del Madrid y gana la Décima Copa de Europa. Lo hace, acompañándose como mano derecha de una leyenda, de un símbolo para los madridistas: Zinedine Zidane, “Zizou”. Para muchos su jugador favorito de la historia y cuyos goles y jugadas mágicas, marcaron la infancia de miles de personas.

Ancelotti y Zidane han marcado los momentos más brillantes de la historia reciente del Real Madrid. El palmarés ahí está. Aunque con diferencias palpables, tienen una cosa en común a la hora de gestionar equipos: su capacidad para potenciar el talento. Una habilidad innata para apaciguar vestuarios con futbolistas de primer nivel y cuyos egos, en ocasiones, son difíciles de manejar.

Porque, salvo excepciones puntuales, el éxito de estos dos entrenadores en sus etapas al frente del Real Madrid, ha sido consecuencia de conseguir que exista buen ambiente en el club. Por eso, la palabra “coach”, les viene como anillo al dedo. En un tiempo en el que este término - cuya traducción al español es, entre otras acepciones la de “entrenador”- se utiliza, cada vez más, para hablar de “freelances” que motivan a personas en su día a día y en su trabajo, estas dos personas dan sentido a esa palabra.

Sin una palabra fuera de tono, con mano izquierda, empatía y rigurosidad, han sabido “exprimir” las capacidades de cada uno de sus jugadores, como un buen jefe debe hacerlo con sus empleados. Y la clave ha sido, ni más ni menos, su ejemplo personal. Porque para ser líder, hay que dar ejemplo. Dejar a un lado los complejos, miedos, inseguridades y saber exigir, pero dando a cambio. No hay que destruir, sino ayudar a construir, reforzando positivamente aquellos aspectos negativos que existan en el grupo.

Por eso, el ejemplo de Zinedine Zidane y de Carlo Ancelotti, es un reflejo de lo que, en otras profesiones, un gestor de grupos tiene que ser, y del que muchos pueden aprender. Porque cuando los equipos de trabajo están motivados, se sienten útiles y el ambiente es bueno; cuando los problemas se atajan y se corrigen a tiempo con empatía; los equipos, del ámbito que sea, funcionan y dan resultados.

Zidane ya no está en el Madrid como entrenador, pero tomó el legado de Ancelotti tras su marcha. Ahora este último vuelve a retomar ese testigo, produciendo los mismos frutos. Dicen que nadie es imprescindible, pero hay formas de hacer las cosas que sí lo son.

Estas dos personas demuestran, por tanto, que aquello de “quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos", tiene su recompensa.

Pase lo que pase mañana, esta forma de entender la gestión de equipos ya ha demostrado su efectividad. Enhorabuena, por tanto, a todos los madridistas por la Liga. Ojalá el Cádiz C.F. también nos dé nuestra particular alegría, en esta temporada.

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