Buceando en los datos

La conclusión principal que deja bucear por este primer sondeo a un año y cuatro meses de las elecciones es que, como muchos habíamos anticipado, la ciudad quiere un cambio: está cansada, alicaída y sin perspectivas de futuro

Miguel Ángel Sastre

En el deporte, en televisión y en la política, lo que queda detrás de los focos genera también interés. Tanto es así que las grandes plataformas digitales, han decidido apostar por historias que ocurren “entre bambalinas”. La estrategia política se hace, precisamente ahí. Aunque tiene ... parte de intuición, pese a lo que muchos piensan, se debe construir con datos objetivos.

Los datos que salen de las urnas tras unas elecciones permiten sacar conclusiones e interpretarlos es todo un arte. Pero hay una segunda herramienta que genera datos de interés: las encuestas. Hasta hace poco denostadas, al fallar como escopetas de feria. Sin embargo, desde las elecciones andaluzas de 2018, en la que excepto una encuestadora, todas erraron, la tendencia ha cambiado.

Últimamente los resultados previstos difieren poco de los definitivos. La disciplina se está perfeccionando y cada vez arroja datos más reales y significativos. Y más allá de lo que apuntan los focos: la suma de bloques, las subidas y bajadas de un partido, lo interesante reside en las tripas y en su análisis.

En el caso de la publicada ayer para Cádiz, de un primer chapoteo saldría que, después de casi 7 años de cambio, volvemos a 2015. Con salvedades: la aparición de una nueva fuerza, VOX, y otra cuestión que la encuesta no contempla. Cádiz no tiene una alternativa al gobierno actual en la izquierda, porque el PSOE se encuentra en proceso de autodestrucción. Unas elecciones municipales tienen menos carga ideológica, por lo que el votante descontento de izquierdas puede llegar a votar a una opción, aunque no concuerde con su ideología, que le aporte soluciones atractivas para la ciudad y sea simpática, porque la política municipal es la política del sentido común.

Si hacemos una primera “zambullida” vemos un dato llamativo: el Ayuntamiento de Cádiz es la institución peor valorada. Peor, incluso, que el Gobierno central y, por supuesto, que la Junta de Andalucía, que aprueba con holgura. Es curioso porque los ayuntamientos, por su cercanía al ciudadano, suelen ser la institución mejor valorada. En la pandemia, por ejemplo, fueron los líderes locales los que más crecieron en popularidad.

Si volvemos, por segunda vez, a sumergirnos, encontramos los temas que preocupan en Cádiz. Curiosamente son en los que más ha fallado el gobierno municipal: empleo, vivienda, limpieza y modelo de ciudad. Quien articule, sin perderse en nimiedades, un proyecto atractivo en estos cuatro ámbitos tendría muchísimas posibilidades de llevarse el gato al agua en mayo de 2023.

En una tercera y última zambullida y, afinando la visión, vemos que todos los líderes locales suspenden y existe un nivel de conocimiento - en parte generado por la baja actividad política de la pandemia – ciertamente escaso de éstos. Excepto al alcalde, casi la mitad de los gaditanos no conocen al resto de candidatos. Quien no te conoce no te puede votar y, por tanto, no te puede valorar. Cádiz es pequeño y tiene escaparates muy buenos que concentran mucha población. Hay que saber aprovecharlos.

La conclusión principal que deja bucear por este primer sondeo a un año y cuatro meses de las elecciones es que, como muchos habíamos anticipado, la ciudad quiere un cambio: está cansada, alicaída y sin perspectivas de futuro. Saber ilusionar con un Cádiz de futuro y con futuro que vaya a más y no hacia el letargo: con empleo, vivienda, limpio y con un modelo de ciudad atractivo, será la clave de este cambio.

La opción que aparece como más votada en la encuesta es la única que habla de ilusión y de estos temas. Casualidades de la vida, quizás sea lo que Cádiz necesita. Aunque quede mucho trabajo por hacer, muchos se están dando ya cuenta.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios