Ana Mendoza
El manifiesto fraternal
Si en unas elecciones se empiezan a hacer puntualizaciones, aclaraciones o añadidos con respecto a la interpretación de una regla es que algo no marcha bien
![Los hermanos mayores, en la sede del Consejo en la calle Cobos](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2021/06/25/v/sede-consejo-pleno-kLLF--1248x698@abc.jpeg)
El pleno de hermanos mayores aprobaba esta semana un manifiesto para pedir garantías en los procesos electorales . Se cuente como se cuente, lo cierto es que los responsables de las cofradías de Cádiz han dicho basta y se han alzado contra esa política ... de ordeno y mando que impera en algunos directores espirituales. Y todo esto ha pasado porque hay circunstancias y situaciones que no se pueden permitir .
No se debería poder modificar una normativa en pleno proceso electoral . Salvando las distancias, en el ámbito deportivo eso sería como si en medio de un partido, de una competición, variamos las reglas del juego para adaptarlas a aquello que nos interesa. Como si de repente, una mano clara, intencionada, dentro del área, dejara de ser penalti. Eso es lo que ha sorprendido especialmente a los responsables de las hermandades. Y con razón.
Porque si en unas elecciones se empiezan a hacer puntualizaciones, aclaraciones o añadidos con respecto a la interpretación de una regla es que algo no marcha bien . O no se ha redactado correctamente esa norma, que no es el caso, o es que simplemente no conviene que se aplique, como ha sucedido en el comentado proceso electoral de la hermandad del Huerto que es el que ha levantado toda esta polvareda.
A estas alturas, y viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, al menos en este mundo cofrade, no queda otra que preguntarse si es ético y honesto que un cabildo electoral esté dirigido y orquestado desde el principio en pro de unos fines individualistas e interesados . La respuesta evidentemente es clara. Y los responsables de las cofradías gaditanas no han esperado más. Porque si esto se permite hoy, mañana no sabemos qué más puede pasar .
Diálogo, concordia, comprensión... Todo eso es lo que ha faltado desde un principio en esta encrucijada que se podría haber resuelto simplemente aplicando la norma para todos por igual. Y si no se estaba dispuesto a ceder, alguien tendría que haber paralizado el proceso y haber mediado en lugar de lanzar el balón hacia adelante y seguir el partido como si tal cosa . Ante un dilema como este, sin duda se tendría que haber escuchado con objetividad a todas las partes. ¿Para qué si no, está el Secretariado Diocesano? ¿Y el delegado episcopal de las hermandades?
El manifiesto, valiente, aprobado por el pleno, pone la diana precisamente en esas cuestiones. Pide que la norma se aplique tal y como es y que el Secretariado «ampare» a los cofrades . Pero además, los representantes de las cofradías de la capital solicitan que haya una segunda instancia «efectiva» a la que se pueda recurrir cuando fuera necesario. Por último, y esto resulta significativo, reclaman que haya imparcialidad , es decir, que ningún hermano mayor forme parte del Secretariado, circunstancia que no se da actualmente y que lógicamente no convence. Porque por mucho que nos empeñemos en hacer las cosas bien, no se puede ser juez y parte. Estas propuestas y peticiones son las que se quieren trasladar, previa solicitud de audiencia, a unos organismos rectores a los que los cofrades quieren «aconsejar fraternalmente».
Sólo espero que ahora estas sugerencias obtengan respuestas igualmente lanzadas desde la cordialidad y el buen entendimiento . Porque hacer lo contrario, tomar represalias, sólo causaría más confrontación y malestar.