Ana Mendoza
Lección cofrade
Hace unos días se producía la primera reunión, el primer encuentro, entre las hermandades y las autoridades eclesiásticas cumpliendo así con una de las peticiones de los cofrades que no es otra que la de mantener un diálogo más fluido y exponer claramente ... los defectos que tiene y las mejoras que precisa la normativa diocesana en lo que se refiere a las cofradías y hermandades.
La verdad es que no ha tardado mucho en producirse este ‘cónclave’. Pese a que ese era el deseo de los hermanos mayores y así quedó reflejado tras la aprobación unánime de ese manifiesto con el que se pretenden ajustar un poco determinados aspectos, debo reconocer que tenía ciertas dudas sobre la celeridad del tema.
No es que ya se hayan resuelto los puntos que separan a unos y otros pero sí es verdad que se ha producido esa predisposición siempre necesaria para llegar a un entendimiento. Y en este mundo de confrontación constante y en el que cada vez hay menos tolerancia hacia quienes piensan de forma diferente , esto es un motivo para la esperanza.
Tenían que ser los cofrades, sí, y la Iglesia , también, esa a la que tanto se critica sin pudor, lleve o no razón, se sepa o no de lo que se habla y englobando en un mismo saco a cada uno de sus miembros, quienes dieran ejemplo en estos tiempos de continuo enfrentamiento y demostraran que el consenso, la cordialidad y el diálogo aún es posible, aunque a veces, viendo lo que sucede diariamente en otros ámbitos, una piense justamente lo contrario .
Como decía, en esa reunión con el Secretariado y el delegado diocesano para las hermandades y cofradías no es que se haya avanzado mucho, pero sí se ha tenido una primera toma de contacto en la que los cofrades les han transmitido a sus interlocutores esos aspectos en los que debe mejorar la norma en pro del futuro de las corporaciones.
Cuentan que las autoridades se mostraron receptivas. Escucharon, debatieron y comprendieron de primera mano las circunstancias que han llevado a las hermandades a solicitar estos encuentros.
Fue sin duda algo más que positivo el poder concretar dónde se generan los conflictos para poder darles soluciones siempre con una idea común que es mejorar, prosperar de cara a situaciones y años venideros. A la espera también de poder hablar con el Obispo, en ello están, y seguirán, en los próximos meses los cofrades. Porque esto ha sido sólo el inicio de ese diálogo que siempre se ha pedido desde el Consejo Local de Hermandades. Un diálogo sano, verdadero y honesto, para el que hay que estar receptivos por ambas partes ya que esa es la única fórmula para buscar un mayor entendimiento.
Ojalá este ejemplo se extendiera y generalizara entre tanta lucha política absurda en la que se ha olvidado hace mucho tiempo qué es lo que de verdad importa . Ojalá ese clima de intransigencia y fanatismo que promueven unos y secundan otros se borrara de nuestras calles.
Ojalá pensáramos realmente, qué es lo que queremos para el presente y sobre todo, para el futuro . Qué sociedad y qué ciudad les dejaremos a nuestros hijos... Sólo así Cádiz podrá proclamar de verdad, a boca llena, que es cuna de la libertad.