Ana Mendoza

El interés turístico

Pocas opciones habrá para combinar el turismo de playa con el cultural, con la religiosidad popular, con esta forma de expresión tan nuestra que sigue movilizando a muchas personas

El Despojado, en 2011, con la playa de fondo M. G.

Ana Mendoza

Parece que el turismo se recupera. Poco a poco, lentamente, se vislumbra con optimismo un futuro, un verano, en el que volveremos a viajar más libremente y con mayor tranquilidad. Entre los destinos recomendados, favoritos, deseados y más demandados se encuentra una vez más la ... provincia de Cádiz. Por su diversidad, por el clima, por las posibilidades que ofrece... Al margen de esos lugares idílicos, que se encuentran, si se buscan bien en cualquier rincón de nuestra provincia, la capital se vuelve a hacer un hueco entre las ciudades que muchos desean conocer. Cádiz, ya lo sabemos, pero no siempre somos conscientes, mantiene su encanto por sí misma . Esa es la base de su popularidad. Podrán pasar regidores de uno u otro bando. Podremos ver cientos de campañas con trabajados e ingeniosos eslóganes, que la ciudad se vende sola. Cautivan sus calles, sus casas palacio, sus atardeceres... resiste principalmente por su historia, sus playas, su gastronomía, su riqueza patrimonial y también, como no, por un Carnaval que persigue ser declarado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Pero en esa pugna por los títulos y en la atención turística que puede generar obtenerlos, también se encuentra la Semana Santa de Cádiz, aún pendiente de esa declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional que, lejos de quedar en el olvido, está cada día más cerca.

Lograr esa importante distinción es uno de los principales objetivos del Consejo Local de Hermandades en estos últimos años . El trabajo previo está prácticamente realizado. Al menos, el que corresponde al organismo de la calle Cobos. Durante meses ha elaborado, con la imprescindible colaboración de expertos y estudiosos de la Semana Santa, una memoria exhaustiva en la que se han desgranado todos los detalles que respectan al arte, la música, la carga, el bordado, la imaginería, la historia...

Pero los trámites burocráticos, una vez más, son concienzudos y exigentes . No vale cualquier cosa. Ni se puede presentar la memoria con incorrecciones porque ello conllevaría un mayor retraso en la esperada validación de ese título. Antes de llevarlo al Pleno del Ayuntamiento, para su aprobación definitiva, se debe tener el visto bueno de la Junta y para ello hace falta que el expediente cuente con todos los matices requeridos y exigidos. No creo que por parte de las administraciones gaditanas exista desinterés en este asunto. Como tampoco hay dejadez en un Consejo Local que puso sobre la mesa esta propuesta con convencimiento, sin complejos, para realzar y llamar la atención sobre la trascendencia de la Semana Santa de Cádiz que, patrimonial y turísticamente, tiene poco o nada que envidiarle a otras. Conseguir esa declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional es algo que repercute a toda la ciudad. Se trata, entre otras cosas, de ganar valor y beneficiar económicamente a Cádiz fomentando que sean más los que se decidan a visitarla en esta época del año . Pocas opciones habrá para combinar el turismo de playa con el cultural, con la religiosidad popular, con esta forma de expresión tan nuestra que sigue movilizando a muchas personas. Lo de este último año, sin salidas procesionales pero con los templos abiertos a las visitas, ha sido un buen ejemplo de que el interés existe. Ya queda poco. Pero hay que seguir trabajando para que este reconocimiento llegue más pronto que tarde. Ojalá la Semana Santa que viene, la del 2022, sea esa en la que podamos estrenar la distinción que nos dará mayor relevancia y contribuirá también para afianzar Cádiz como destino turístico .

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