Ana Mendoza
La exageración cofrade
En esta crisis, el cofrade se conmueve con cualquier recuerdo. Con ese mensaje que le avisa de que es lunes y queda uno menos para el Lunes Santo o con ese otro que anuncia que es Miércoles y termina de gaditanas maneras...
En medio de esta extraña semana de Carnaval que ya se agota ha comenzado como siempre la Cuaresma. Entre tanto recuerdo y nostalgia carnavalera, ha empezado este tiempo de reflexión y conversión para los cristianos y prende con más fuerza el sentimiento cofrade. ... Porque, si bien es verdad que hay que hacer hermandad durante todo el año, en una situación normal, que no la de ahora, la emoción por volver a acompañar a tu devoción por las calles aumenta el sentimiento cofrade y sólo quien lo ha experimentado alguna vez de forma sincera puede llegar a comprender esto.
Sólo así se pueden explicar las lágrimas cuando, llegado el momento, por fin se abren las puertas de tu iglesia, o cuando desde cualquier rincón ves esa imagen que tanto veneras, escuchas de lejos las horquillas marcando el paso o suena esa marcha que te encanta y te conmueve. Es muy difícil trasladar estas sensaciones a quienes no son cofrades y más aún a aquellos que reniegan de los capillitas y los tachan de cansinos y exagerados.
Los cofrades son así. Excesivos en querer vivir todo el año teniendo presentes a sus titulares , desmedidos en mantener vivas esas emociones y ese fervor a pesar de todo. Al cofrade le cautiva el olor del incienso, las flores y la cera. Le embelesa la liturgia previa a la salida procesional. Preparar la túnica, enfundarse el capirote, portar aquella estampa de su Virgen o su Cristo que guarda como un tesoro. Cumplir esa promesa que hizo, volver a encontrarse con sus hermanos cada año, recordar a los que ya no están...
Por eso ante esta crisis se conmueve con cualquier recuerdo. Con ese mensaje que le avisa de que es lunes y queda uno menos para el Lunes Santo o con ese otro que anuncia que es Miércoles y termina de gaditanas maneras... Los cofrades son exagerados y se emocionan con ese vídeo que les anima a rezar esta Cuaresma o contemplando las fotografías de sus titulares en sus capillas.
La Cuaresma es tiempo de penitencia y ayuno y es el tiempo en que los cofrades de Cádiz se ilusionan por la llegada de la primavera y la Semana Santa. Esta Cuaresma no va a ser menos. Aunque no haya que preparar túnica alguna, pese a que no tengamos entre nuestras manos ese itinerario que nos guiaría por nuestras calles de Domingo de Ramos a Viernes Santo, estos próximos días la fe y la esperanza del cofrade deben ser desmesuradas. Pero eso sí, el cofrade debe demostrar que en esta pandemia, todo acto es posible si se organiza y participa con orden y cautela . El reto es importante, aunque, a pesar de lo que pronosticaban los más agoreros, de momento este lunes se celebrará el Vía Crucis. Después llegará la inauguración de la exposición y también se presentará ese cartel en un acto que se resiste a la vez que gana en expectación. Avanzará un calendario lleno de cultos y disfrutaremos de ese pregón que prepara con entrega Iván Roa, hasta llegar al triduo pascual y la alegría de la Resurrección. Y para el año que viene, o para cuando sea posible volver a ver una imagen en la calle, no me quiero ni imaginar cómo serán esas lágrimas. Por eso, bienvenida sea la exageración cofrade .
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