El Apunte

El mejor vuelve a las aulas

La visita de Ángel León recuerda el ridículo de la Junta en la Escuela de Hostelería

LA VOZ

No hace falta que lo diga uno de los mejores cocineros de España, de Europa y del mundo. Pero se agradece mucho que lo haga. No lo dice por perjudicar a ningún partido ni beneficiar a otro, por más que sea en plena campaña electoral, pero lo dice. No es necesario gritar ni coger pancarta ni megáfonos porque si la sensatez y el sentido común tienen una virtud es que se hacen entender con mucha claridad. Se entiende todo. Por eso resultó reconfortante ver ayer a Ángel León en la Escuela de Hostelería. Todo un Premio Nacional de Gastronomía, todo un doble estrella Michelin, el chef del mar y el más aplaudido de cuantos han existido en la provincia de Cádiz. Esa figura ofreció una clase magistral en el abandonado centro como muestra de solidaridad, como reivindicación, como apoyo, como grito contra el calvario de la plantilla de la Escuela de Hostelería de Cádiz, contra la imposibilidad de los alumnos de tener un curso normal.

«Yo no estoy en contra de nadie, yo soy un simple cocinero y lo único que quiero es estar en septiembre en la inauguración de un nuevo curso de la Escuela». Sus palabras resumen el deseo de toda la sociedad gaditana que no entiende la cadena de chapuzas, errores y horrores que ha llevado al desastre un centro que tenía un gran éxito de convocatoria y, lo que es más importante, proporcionaba un empleo a nueve de cada diez alumnos. El caso de la Escuela de la Hostelería de Cádiz es un monumento a la incompetencia y a la desidia de la Junta de Andalucía con la provincia. El Gobierno regional lleva meses anunciando la reapertura del centro, el vicepresidente Jiménez Barrios ha vuelto a hacerlo en campaña, y prometiendo el pago de las nóminas atrasadas a sus profesores. Nada de eso sucede. La pelota pasa de un consejero a otro, salta de una campaña a la siguiente, la Junta pide disculpas y anuncia mejores días, una y otra vez, así tres años, cinco años. Pero, como dijo ayer Ángel León, el deseo de que la normalidad vuelva en septiembre sigue ahí, sin confirmación, sin certezas, sin confianza. Sólo es un deseo. La Junta ha demostrado una vez más su nivel de incapacidad para solucionar un problema tan sensible como es la educación. Llegados a este punto, más que promesas, alguien podría ofrecer responsabilidades y marcharse.

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