La mascarilla y la explicación

La reducción de las restricciones y las molestias debe ser un objetivo, siempre unido a la responsabilidad, el rigor científico y la prudencia

Las normas, las leyes, en general, necesitan de dos condiciones para ser cumplidas de forma generalizada por la población, más allá del temor al castigo: que la regla sea entendida de forma sencilla por una gran mayoría de los que deben cumplirla y que su ... ejecución sea posible, técnicamente viable. Cuando no se da una de las dos, el ciudadano puede caer en la duda o en el rechazo en un porcentaje más alto de lo deseable. Uno de los últimos ejemplos de incomprensión es que un ciudadano alemán o francés pueda desplazarse de forma legal hasta Madrid o Mallorca para pasar unas vacaciones y que un andaluz no pueda ir de Cádiz a Málaga, Huelva o Sevilla por idéntico motivo. La incongruencia es manifiesta porque no hay argumento para sostenerla. Ni estadísticas o riesgos de contagio, ni conveniencia económica parecen respaldar un caso y no el otro. Así aparece el agravio, el mareo de horarios y reglas en el que vivimos hace un año como efecto colateral –de gravedad e importancia ridículos si se ponen junto al dolor por enfermos y fallecidos–.

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