Opinión
Más calor
Los observatorios terrestres fueron avistando con alarma un enorme cuerpo celeste que se aproximaba a gran velocidad
Los observatorios terrestres fueron avistando con alarma un enorme cuerpo celeste que se aproximaba a gran velocidad; pronto supieron que era una gigantesca nave tripulada. Algunos científicos consiguieron establecer contacto con los alienígenas procedentes de una avanzada civilización que surcaba el espacio después de haber ... abandonado su propio planeta ya deteriorado. En una trayectoria rumbo a otro astro donde poder establecerse iban a destruir la Tierra. Las comunicaciones entre los navegantes y nuestros científicos se hicieron fluidas, ya que aquéllos conocían nuestras lenguas; así como las distintas culturas de la Tierra, por eso no les importaba destruirla. Explicaron que para ellos nuestras sociedades se caracterizaban por la insolidaridad, las desigualdades y la violencia, no merecía pues la pena alargar su trayectoria para evitar la destrucción de un mundo cuya supervivencia resultaba indeseable. Un comité de sabios terrestres se reunió apresuradamente para convencer a los viajeros del espacio que cometían un grave error. Les explicaron nuestras filosofías humanitarias, la literatura, las artes plásticas, los avances científicos y la belleza de nuestros paisajes. Nada de esto les pareció interesante, pero alguno de ellos reparó en un sonido que se dejaba oír al fondo de los discursos, era un poema sinfónico de Richard Strauss. Así descubrieron los alienígenas algo que no conocían, la música clásica; pidieron escuchar más piezas y reflexionaron. Finalmente decidieron desviar su trayectoria para evitar destruir la Tierra, porque una civilización capaz de haber llegado a crear la música clásica no podía desaparecer.
Así recuerdo una de las muchas historias de ciencia ficción que relataba o leía mi padre, gran aficionado a un género ahora tal vez menos popular, tras el relativo fracaso de la carrera espacial y la pérdida de una visión positiva del futuro en la ideología dominante. Nuestro planeta ya no parece amenazado por alienígenas que se dejan seducir por la música de Strauss, la misma que usara Stanley Kubrick en '2001, una odisea del espacio', sino a causa del calentamiento global por la producción de gases que han alterado la función de la atmósfera como colector de la radiación solar, mediante un efecto semejante al de un invernadero. El cambio climático representa un problema ambiental agravado por el aumento constante de emisiones de dióxido de carbono, metano y otras, que vienen produciendo las actividades humanas desde la revolución industrial. Como consecuencia de esto se prevé para el año 2100 un calentamiento de hasta 3,5 ºC, las áreas desérticas serán más cálidas, casi la mitad de los glaciares se fundirán y el nivel del mar puede aumentar más de medio metro haciendo desaparecer muchas zonas costeras. El protocolo de Kyoto y el acuerdo de París, representan un compromiso internacional para frenar el cambio climático, al que se han adherido muchos países, pero no Estados Unidos que produce el 25% de las emisiones.
El cambio climático no es ciencia ficción pues afecta a la mayoría de los españoles. Según la Agencia Estatal de Meteorología, las temperaturas medias son cada vez más elevadas, de manera que ahora el verano dura cinco semanas más que a comienzos de 1980. Las zonas áridas avanzan, ocupando un 6% más que en 1990. La Ley andaluza de medidas frente al cambio climático obliga a los ayuntamientos a la redacción de planes que incluyan medidas, tanto de mitigación como de adaptación. Las brisas de poniente tendido están haciendo llevadero este verano en Cádiz, pero el progresivo calentamiento de nuestro planeta nos compromete a todos con las generaciones venideras.