OPINIÓN

El marrón de Marchena

Deberá poner templanza ante la provocación y sobriedad ante la exaltación

Juan Carlos Viloria

Muchas gracias. Visto para sentencia. Pueden ustedes abandonar la sala». Ni mazo. Ni énfasis. Ni discursitos al respetable. Con esta normalidad gestual y procesal ultimó el juez Marchena el juicio del siglo. Con la misma sobriedad y mesura con la que a lo largo de ... 52 sesiones fue desactivando la bomba de relojería que le habían preparado desde la incapacidad política y la conspiración nacionalista. Pero queda la segunda. La más difícil de desactivar. La de la sentencia. De entre los alegatos finales de los acusados, solo uno, Santi Vila, dijo algo cercano a la realidad. Los demás se ajustaron al guión victimista, fraudulento o manipulador. Pero Vila se preguntó qué habría pasado si después de los días 5 y 6 de septiembre en que el Parlament insurgente aprobó las leyes de desconexión, el gobierno central hubiera aplicado el artículo 155 de la Constitución y suspendido la autonomía. Como correspondía.

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