El día de la marmota
Cumpliendo un ritual que celebra una población en Pensilvania de complicado nombre, cada 2 de febrero la marmota Phil anuncia la llegada de la primavera
Cumpliendo un ritual que celebra una población en Pensilvania de complicado nombre, cada 2 de febrero la marmota Phil anuncia la llegada de la primavera. El roedor se despereza de su hibernación, si desde su guarida ve el cielo cubierto, sale para disfrutar el aire ... fresco, presintiendo la primavera, mas si tropieza con su sombra, porque el día amanece soleado, Phil se retira a dormir de nuevo pues el invierno se va a prolongar seis semanas más. Miles de turistas acuden a Punxsutawney para presenciar la breve actuación de Phil. Este año no ha regresado a su madriguera, la primavera llega pronto. Como la esperanza de vida de una marmota es de seis años, y los despertares de Phil se vienen observando desde 1887, está claro que, bien se trata de un animal de extrema longevidad, o tal vez los organizadores del evento renuevan al actor y ya son varios los Phil que han intervenido. La ceremonia procede de una tradición germánica, desde antiguo en diversos lugares de Europa se observaba el despertar del letargo invernal de osos, tejones y erizos para predecir la ansiada primavera, emigrantes alemanes sustituyeron al erizo europeo por la marmota canadiense en la Pensilvania germana, símbolo de las comunidades que emigraron con sus tradiciones, y cuyos representantes más conocidos son los amish que aún rechazan las tecnologías modernas.
Tampoco este año se equivocó la marmota, tras una ola de frio en el hemisferio norte, en muchos lugares asoma la primavera. El pasado domingo el sol bañó las plazas y calles de las ciudades españolas; mientras algunos ciudadanos se manifestaban irritados, otros muchos llenaban las terrazas; eligiendo así la espumosa y rubia cerveza a la consigna y la tabarra. Entre tanto, sobre la atmósfera se está creando una costra dura donde se acumulan los gases tóxicos que nuestras factorías y máquinas evaporan, como también: discursos de políticos, panfletos de comentaristas, sermones de moralistas, y pólizas de productos financieros. Eso conduce al recalentamiento del planeta como un coche aparcado al sol en pleno agosto. Sin embargo, el presidente norteamericano Donald Trump, al hilo de la ola de frio, cuestionó el calentamiento global, no es nuevo, ya dijo que era un invento de los chinos, de hecho se retiró del Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, lo cual deja a su país como el único del mundo ajeno al tratado.
La película “Atrapado en el tiempo”, dirigida por Harold Ramis en 1993, es una cinta cómica que a algunos les desata la risa floja y a otros exaspera, ante las desdichas del meteorólogo que interpreta Bill Murray, despertándose una y otra vez en la madrugada del día de la marmota, acuña esta expresión para designar una situación irritante que se repite cíclicamente. Después de diez años sumidos en las pesadillas de eso que llaman crisis, necesitamos que la nueva primavera anunciada ahora por Phil despeje las brumas que se han venido repitiendo de forma plomiza. Una primavera tejida de: derechos humanos, servicios públicos eficaces, libertades, cultura, medio ambiente y pensiones dignas . Un nuevo mayo luminoso, sin desahucios, ni embargos, ni precariedades. Es preciso enderezar un siglo que ha comenzado muy mal, en España disponemos de la oportunidad de cambiar si somos capaces de superar las crispaciones entre políticos oportunistas, sustituyendo las descalificaciones e insultos que algunos de ellos manejan, por participación y votos. Recuerdo un haikú japonés del siglo XVIII: “Crepúsculo de cerezas/ También hoy se ha convertido/ En pasado”.