El Apunte - OPINIÓN
La marea blanca del hartazgo
El cansancio por el deterioro de la sanidad pública es transversal, no sabe de siglas ni generaciones
Todo apunta a que serán muchos los que salgan a la calle, en Cádiz, el domingo para gritar de forma cívica y pacífica contra el deterioro de la sanidad pública . El sistema que fuera orgullo y vanguardia hace apenas 15 años ha retrocedido una cantidad sorprendente de pasos con el argumento de los recortes económicos y personales. Ahora, los ciudadanos son atendidos por profesionales saturados y desbordados que deben aplicar mucho más esfuerzo del recomendable en ofrecer una atención que, a su pesar, es mucho peor.
La convocatoria de la Marea Blanca hecha pública ayer tiene visos de movilizar a un gran sector de la sociedad puesto que esta sensación de doloroso deterioro ha calado con fuerza tanto en el sector de población que podría votar a Podemos como en el más conservador y también entre los vecinos que no tienen una adscripción política clara, fija. Podría decirse, por tanto, que se trata de un malestar transversal que no entiende de generaciones ni de ideologías.
Son ciudadanos, simples integrantes de la infantería vecinal, hartos de ver cómo su sistema público de sanidad se desangra, cómo pierde profesionales, trabajadores, material, camas. Hartos de ver cómo los centros necesarios y prometidos se quedan cerrados, o sin construir. Cansados de que los proyectos de investigación estén paralizados y las listas de espera que cada vez hagan esperar más a más personas. Los que han dicho basta, que comparecieron ayer como Marea Blanca, como plataforma por una sanidad pública, le dicen a la Junta que están hartos. E invitan a los gaditanos a sumarse el próximo domingo. En ese movimiento convocante hay sindicatos pero también colectivos de consumidores y, al frente, uno de los médicos con más prestigio y aprecio, profesional y socia l, de la provincia.
Nada que ver con un enfado momentáneo, de un pequeño sector. Se trata de un hartazgo, amplio y transversal, materializado en un grupo que no deja de crecer. Ha llegado a Cádiz cuando ya ha aparecido en toda Andalucía. Se trata de oponerse al deterioro y gritar que no vamos a consentirlo. Porque cada vez que se escarba en las vísceras de la sanidad pública andaluza se tiene la sensación de que sus responsables políticos tapan agujeros en lugar de suturar heridas, mientras las dolencias avanzan imparables.