EL APUNTE

Una máquina de perder oportunidades

El Ayuntamiento maquilla los plazos del plan Edusi pero ni la UE ni los vecinos ven proyectos en marcha

El viejo precepto de uno de los primeros presidentes de Estados Unidos dejó dicho aquello de «puedes engañar a todos durante un tiempo, puedes engañar a unos pocos para siempre, pero no puedes engañar a todos durante todo el tiempo» . Esa vieja lección ... parece aprenderla ahora el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz, que a su sectarismo de serie añade un adanismo sorprendente, que le hace descubrir ahora lo que muchos ciudadanos saben hace tiempo. La última prueba de su insistencia en el dogmatismo y el error está en el célebre programa Edusi que debía servir para invertir fondos europeos y estatales en zonas de la ciudad tan necesitadas de todo como Cerro del Moro, Loreto, Puntales, La Paz, Guillén Moreno o Segunda Aguada.

En 2017, los gestores –un decir– municipales hablaban de una lluvia de millones en esas calles tan sedientas de ayuda e inversión. Tres años después, lo que ha llegado desde los fondos Edusi son 85 ordenadores para la Delegación municipal de Servicios Sociales y sistemas de climatización para el centro de servicios sociales de la Barriada de la Paz . Son equipamientos que hacen falta pero están lejos de la revolución en formación y empleo, en mejoras, que se anunciaba con el habitual tono mesiánico.

Otros proyectos, también menores, como la construcción de vías ciclistas, aparcamientos para bicis, una pasarela peatonal o el retranqueo del cerramiento de la Estación Naval de Puntales ni siquiera han comenzado.

Pero los mayores retrasos llegan en los planes principales , como la recuperación de los antiguos depósitos de tabaco de Loreto, llamados a ser un espacio de formación, emprendimiento y economía social. Se trata del proyecto estrella de los Edusi y por cierto es heredado del equipo de Teófila Martínez. De esta herencia nunca hablan el actual Gobierno local. Pero lo más grave es que los retrasos empiezan a acumularse y pueden derivar en un fiasco, incluso en la devolución de los fondos. El actual Ayuntamiento usa el truco de encargar informes para que conste, burocráticamente, que el proyecto ha comenzado en la fecha acordada, 2020, pero si pasan los meses y no se mueve ni un papel, ni un ladrillo, los dirigentes de la Unión Europea llegarán a la misma conclusión que los vecinos de Cádiz: que les toman por tontos.

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