Manuel López Sampalo

Mi suegra como ya dije

Mi abuela está indigná con lo que ha dicho el Papa Francisco de las suegras

Manuel López Sampalo

Mi abuela está indigná con lo que ha dicho el Papa Francisco de las suegras. Ahora no hace otra cosa que rajar del Santo Padre de Roma: «Qué lengua larga ni qué lengua larga ¡qué dice el viejo chocho este!», he llegado a escucharle. Si ... le tiro aún más de la sinhueso, dice que está «mu dolía» con este Papa que «parecía buena gente», y que su fe y la de muchos viejos se está «resquebrajando». Que estas palabras han sido «la puntilla».

–¿Pero te ha caío mal, Tere?‒, le insisto, porque soy muy jartible, y ya que no tengo suegra con alguien me tengo que meter.

–Mu mal, mu mal; fatal‒, me replica entrando al trapo.

Mi tío Paco, para picarla aún más, le escribe por Whatsapp: «El Vaticano contra las suegras, los dos colectivos más influyentes de la historia de la humanidad… Me río yo de los misiles de Putin, esto sí que va a ser la III Guerra Mundial».

A todos nos han cogido en fuera de juego estas declaraciones de Jorge Mario Bergoglio –Carlos Herrera, con su poca vergüenza, le dijo ‘Gorgue’ cuando le entrevistó, y le regaló una imagen de la Virgen de La Candelaria–.

¿A cuento de qué venía esta parábola de la suegra y la nuera? Es verdad que este pontífice tiene cosas muy raras de vez en cuando: recuerdo aquel vídeo viral en que un buen número de feligreses, uno por uno, van a besarle el anillo como manda el protocolo, y él retira, también uno por uno, su mano con malas formas. O cuando Tamara Falcó se arrodilló ante él y con cara de malas pulgas y un gesto brusco con la mano le ordena levantarse.

Más que en Francisco, yo hubiese puesto estas palabras en boca de Kichi, ya que no desentonan con sus acostumbradas salidas de tono. Además, en Cádiz nos llevamos cachondeando de las suegras desde el tiempo de los fenicios. No en vano, en nuestra copla más famosa, ‘Los duros antiguos’, ya se pitorrean de este «personaje mítico»: «Mi suegra como ya dije/ estuvo allí una semana/ escarbando por la noche/ de día y por la mañana». El Selu, inspirándose en este tango, sacó en 2017 un tipo de suegra rajona, con su perrito y todo. Juan Carlos Aragón era otro que, pese a los ofendiditos, no faltaba a su cita con el cuplé a la suegra, amén del dedicado a su nabo –comparable con la torre de Preferencia–.

No ha tirado por las suegras, pero tampoco ha faltado la declaración pamplinosa del alcalde de Cádiz. Esta vez, a cuento del enésimo cambio de nombre en el callejero –como siga cuatro años más de regidor, la ciudad acaba llamándose Kichi–, tras el que ha largado tan pancho que «a quien no le guste, que se empadrone en otra ciudad». Pues no, señor: al que no le gusten tus políticas tendrá la oportunidad de votar dentro de un año a otro partido, precisamente por estar empadronado en Cádiz.

No sé qué dirá la suegra de Kichi, ‘el padrón del mar’, de las fotos que ha publicado ‘El Mund’ en la que salen Teresa y él en La Caleta. Yo quiero pensar que le soltó un: «Hay que vé, Ose Mari, cómo te has puesto, que no sabía si er de la foto con mi Tere era tú o es que ya habían empezao con la levantá del atún de almadraba». «Y la prosima vé que vaya a salí en la tele, ponte una camisita más mona, hijo».

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