Rebautizar pueblos y esas cosas
Imaginen que en la Bahía se unen Cádiz, San Fernando y Puerto Real: ¿cómo llamaríamos al engendro?
A ver, que ya es duro renunciar al nombre de tu pueblo, para que encima te quieran imponer los politicuchos una denominación cursi. Es lo que ha pasado con Don Benito y Villanueva de la Serena, los dos municipios del noreste de Badajoz que decidieron ... unirse vía referendo –con lo bonitos que son los piques entre vecinos–, y cuyos alcaldes han propuesto que la suma se llame Mestas del Guadiana o Concordia del Guadiana.
¡Concordia del Guadiana! ¡Me cago en sus mestas! ¿¡Quién ha sido el bautista, Pedro Sánchez!? ¿Y cuál sería su gentilicio: ¡armoniosos guadianescos!? Leí en Twitter, en tono de chanza, que ya de paso podían haber denominado a la unión como Resiliencia del Guadiana. Propongo más cursiladas por el estilo: Poner en el centro… del Guadiana, Puesta en valor… del Guadiana, Implementación del Guadiana, Empatía del Guadiana, Agenda 2030 del Guadiana, Empoderamiento del Guadiana, Diálogo del Guadiana, Almudena Grandes-Adolfo Suárez del Guadiana, Guadiana del Guadiana…
Es que no se puede borrar por las buenas la identidad de dos pueblos con tanta solera como Don Benito y Villanueva. Nombres como-dios-manda con cuyos equipos de fútbol nos hemos enfrentado de toda la vida en 2ªB y Tercera: recuerdo a mi Granada medirse al Villanueva y al Villanovense en unos play-offs, y al Don Benito –un clásico de la categoría de bronce– que, si no me traiciona la memoria, vestía una camiseta celeste. Yo no quiero que mi equipo juegue contra el Resiliencia del Guadiana… Bueno, si es porque el Resi asciende a Primera, entonces me da igual, vaya.
Ya en serio. Lo lógico es que se mantengan las dos denominaciones originales, y que si Don Benito es el municipio, con diferencia, con más habitantes de los dos y al que se le ha hecho ‘un Almería’ en el referéndum –hay que contentar a los dombenitenses–, sea el que ponga el nombre –pido disculpas a José Manuel Calderón– y Villanueva, el culo… Perdón, el apellido: esto es como una coalición electoral. Yo lo llamaría Don Benito-Villanueva de la Serena: es lo más sensato y punto. Pero es evidente que no me voy a privar del juego de las combinaciones en esta columna: Don Benito Villanueva (le inventamos una biografía de poeta romántico a lo Espronceda), Don Benito de la Serena, Villanueva de Don Benito –este me gusta también–, o Don Sereno –en homenaje a Paco Lambea que es villanovense–.
En fin, esto de los nombres de los pueblos es algo guadianesco: que aparecen y desaparecen según quién esté al mando de la nación –en el caso de Cádiz son las calles–. Ahí tenemos el caso de Barbate de Franco o multitud de municipios que tenían el apellido del Caudillo y se les ha denegado la paternidad. Me acuerdo de Asquerosa, que es donde se desarrolla la trama de La casa de Bernalda Alba de Lorca, y que la profesora de Lengua nos dijo que era un pueblo ficticio… Evidentemente me levanté enfurecido para decirle a esa señora que no tenía ni puta idea, que Asquerosa hoy día es Valderrubio: pueblo vecino de Fuentevaqueros y junto al que había pasado mis por entonces 17 veranos de vida. Ficticio… Tss.
Imaginen que en la Bahía se unen Cádiz, San Fernando y Puerto Real: ¿cómo llamaríamos al engendro? El cachondeíto estaría asegurado, desde luego. Propuestas: Archipiélago de la Bahía, Puente del Atlántico, Cádiz y donde vive más gente de Cádiz, Nuevo Mirandilla, Pueblonuevo de Navantia…