Pérez-Reverte en maratón
Me gustaría saber si considera a lo suyo literatura, si acaso no se ha vendido al mundo editorial, a lo comercial
Arturo Pérez-Reverte está fino. Eso es evidente. Conserva la mirada aguda del azor, la metralleta verbal mascullada entre dientes y un físico de paramilitar armenio. Nieto Jurado me dice que APR, a sus setenta, aún tiene una Vuelta en las piernas, yo le replico ... que nos soltaría de rueda a la tercera rampa del Xorret de Catí. Pareciera que cada amanecer se hiciera el Cartagena-Águilas nadando para luego soltarte que eso no es nada, “¡nenaza!”. El caso es que se sentó en una silla de ‘gamer’ --algo insólito, como ver a Elon Musk subido a un tractor-- a hablar con un ‘streamer’: casi tres horas de conversación hipnótica. Repanchigado, con vestimentas de catedrático de Historia Contemporánea por la UCAM, rapado de marine y barba de Solimán, se le vio a gusto, explayándose en batallas, anécdotas, palabrotas y consejos. Muy interesante, sinceramente. Pero el medio es el mensaje, y luego iremos a ello.
De Arturo no he leído mucho. ‘El Asedio’, que no lo acabé: libro sobre el cual me contó Juan Ramón, el director del museo de las Cortes de Cádiz, que iba allí a documentarse. El pasado verano, me hice de un tirón ‘Línea de fuego’, leyendo en voz alta por las noches con la brisa del Atlántico entrando por la ventana abierta: un grato recuerdo. Creo que ‘El Maestro de Esgrima’ es la mejor novela que le he leído: ya ha llovido desde entonces. ‘Falcó’ me pareció un camelo, y estirarlo hasta la trilogía una afrenta a la literatura y una oda la rentabilidad. Y la última, ‘El italiano’, tuve que dejarla a la mitad porque tanto fetichismo por lo detalles técnicos me distraía de la historia y me acabaron por aburrir. Pero si tuviera que recomendar un libro de APR, sin duda, es ‘Una historia de España’: de hecho, aunque sea parcial, se lo haría leer a los chavales en bachillerato. Pero no lo busquen en libros, el mejor Reverte está en artículos.
¿Y cómo es que acaba Pérez-Reverte, sillón T de la RAE, sentado en una silla de ‘gamer’? Bueno, tengo mi teoría: Llevo tiempo observando que APR quiere ganarse a las generaciones jóvenes: “Reverte, un tío enrollao”. De hecho, durante la entrevista hace varios guiños a estas --siendo el principal el medio--: defensa de los tatuajes --para mí, una modita horterísima--, del animalismo, interés por los videojuegos y, por supuesto, que no lo vayan a tachar de machista, que él ha escrito ‘La reina del sur’ --vamos a empoderar a Elena Arbués y a Pato Monzón--. Intuyo un cierto miedo a quedarse atrás; le pasa también a Raúl del Pozo cuando en sus columnas habla de ‘trending topic’, de ‘haters’ y de ‘TikTok’. Todo muy lícito y respetable; pero qué necesidad; yo veo algo ridículo e impostado en ese ‘bienquedismo’ con la juventud. Miren, mi generación y las posteriores son una mierda políticamente correcta, que van con lo que se lleva y que no abren un puto libro: claro que merecemos que Bongo nos dé por ahí.
Sí, APR ha hecho un Messi, pero en vez de con Ibai, con un tal Jordi Wild. A mí me gustaría ver a Reverte delante de Cărtărescu, por ejemplo: poeta rumano, autor de la fascinante novela ‘Solenoide’, que afirma que solo escribe a golpes de inspiración y que los libros comerciales no son literatura. Lo de Wild, al fin y al cabo, no es una entrevista propiamente dicha, sino una conversación relajada. A mí, periodista, me gustaría saber si considera a lo suyo literatura, si acaso no se ha vendido al mundo editorial, a lo comercial; es evidente que APR no está a la altura de Javier Marías o Vila-Matas por ejemplo: ¿podría haberlo estado si sacara una novela cada cinco años y no cinco al año más una recopilación de sus mejores tuits?
Por último, le preguntaría también por la cohorte de pelotas que le rodean y las cadenas de favores que se fraguan sentados a la mesa del restaurant. Por todo ese mamoneo.