Manuel López Sampalo

El nomenklátor

No creo que la del estadio sea la mayor canallada que el Gobierno municipal haya cometido sobre el nomenkláto

Manuel López Sampalo

Resulta llamativo el empeño del equipo de Gobierno de Cádiz –‘la nomenklatura’ de aquí en adelante– en no dejar rastro alguno de Carranza en el nombre del Estadio . Llama la atención, digo, dado que es una medida absolutamente impopular tomada por un grupo ... dirigente cuyas principales señas de identidad hasta la fecha han sido el populismo y la demagogia, combinados en una suerte de peronismo caletero. Lo del Carranza es un auténtico tiro en el pie que le puede acabar costando la Alcaldía a la nomenklatura.

Por otro lado, no creo que la del estadio sea la mayor canallada que el Gobierno municipal haya cometido sobre el nomenklátor sí, con ‘k’ de Kichi de la ciudad; sí es la más popular y, por ende, la única por la que el pueblo ha chistado. Hagamos un repaso:

Nada más llegar al poder mandaron al trastero de la Historia –perdón por la mayúscula– el busto dedicado en la plaza de El Palillero a la gaditana Mercedes Formica , que entre otras cosas fue pionera en la defensa de los derechos de la mujer durante el franquismo.

Y todo porque no encajaba en el ‘feminismo’ estrecho y rancio de la antigua edil de Igualdad, una tal Camelo. Y el pueblo ni mu: «Total, a quién le importa la Formica». Le siguió hace unos años el cambio de nombre de la Avenida Ramón de Carranza por el de 4 de diciembre de 1977; que se ve que a los gaditanos le gusta porque les recuerda a las coplas de Carnaval.

Personalmente, lo que más me solivianta, es que pretendan borrar la prodigiosa pluma de José María Pemán –valga la redundancia– de un plumazo. Fuera placa, fuera busto, fuera teatro. Y es que más allá de la adscripción ideológica de Pemán, monárquica, hablamos del mejor escritor que ha dado la ciudad en el siglo XX.

A ver si tienen ustedes, señores dirigentes, las narices de tocar a Alberti , poeta portuense y también ‘checoslovaco’, en cumplimiento de esa memoria histórica (sic) o democrática (sic) en la que amparan sus cacicadas. Lo dudo mucho y no lo deseo en absoluto. Y hablando de escritores y de El Puerto, le propongo a la nomenklatura, que en reparación del daño histórico, y visto que lo del autor de ‘La viudita naviera’ no tiene vuelta de hoja; les propongo, decía, que en vez de Teatro del Parque le pongan el nombre de una egregia víctima de la guerra civil muy ligada a la dramaturgia: Teatro Pedro Muñoz Seca . Suena bien, ¿eh?

No puedo dejar de referirme al caso de la conocida como ‘ Avenida Nueva ’. Epítome de las prácticas oportunistas del equipo dirigente, que se puede resumir de la siguiente manera: «Como odiamos la monarquía, aprovechamos el momento de impopularidad del rey emérito y de popularidad de los sanitarios para hacer el trueque nominal y ¡hala!, matamos dos pájaros de un tiro».

Al recordar la callada del pueblo gaditano ante todas estas fechorías y comparándola con el revuelo que ha levantado lo del estadio, se me viene a la mente aquel poema del alemán Martin Niemüller: «Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque no era socialista/ Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque no era sindicalista/ Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque no era judío/ Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí».

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