Manuel López Sampalo

No me gusta

No me gusta en definitiva no acordarme ahora de tantas otras cosas que no me gustan

Manuel López Sampalo

No me gusta, me toca mucho lo que me cuelga, que me digan cómo o de qué tengo que escribir: «Deja el costumbrismo, que te repites», «Escribe bien de Cádiz que te están leyendo los gaditanos», «Hazle un artículo a…» (¿Acaso no escribo aquí por ... escribir como escribo?) No me gusta que me etiqueten: «Estás muy a la derecha», «Te veo muy cercano a VOX», «Eres un poco facha»… (¿Me lo dices tú, que votas al mentiroso compulsivo, fuente de odio y aspirante a caudillo Pedro Sánchez, a mí, que jamás he dado un mísero voto a otro partido que no sea Ciudadanos?).

No me gusta, lo detesto a rabiar, que me cuenten que para triunfar en esto del periodismo literario tengo que irme por narices a Madrid. No me gusta que me comparen: «Pues tu primo tal ha ido/ha hecho…». No me gusta que me juzguen como persona por el éxito, más bien fracaso, profesional. Menos aun cuando quien te sentencia lo único que tiene de ejemplar es que rima con pimplar. No me gusta, por cierto, que me digan que estoy más gordito, ¡que no beba!, que a ver cuándo me echo una novia, que…

No me gusta el Cádiz Club de Fútbol, o sea, que estoy contra la humanidad. No me gusta que para que no te tachen de belcebú haya que llenarse la boca de feminismo, pintarse la bandera arcoíris en la frente e hincar la rodilla en el suelo en sumisión a los negros. No me gusta que me censuren los artículos y, menos aún, por gilipolleces -jamás hasta ahora en esta casa-. No me gustan, de hecho las odio, las personas a las que les gusta la violencia y son mirones y azuzadores de reyertas callejeras. No me gusta, los retaría a duelo de estar en otro siglo, los tibios, los que no se posicionan ni cuando en sus narices hay una injusticia que clama al cielo. No me gustan nada los ‘bienqueda’ o ‘agradaores’: lo dijo Juan Carlos Aragón «Quien pretende a todo el mundo agradar / al final no hace a nadie feliz. / Yo prefiero tener enemigos de verdad / y que estén orgullosos de mí».

No me gusta los reaccionarios meapilas del PNV que van de progres. Me toca mucho la moral. No me gusta los que van diciendo que lo tuyo es miedo y cobardía, negándose a aceptar que tienes una patología mental. No me gusta los que no entienden mi humor. No me gustan los cursis que leen a Galeano a Neruda y a Benedetti. No me gusta la gente que no lee, o peor aún, los que solo leen ‘bestsellers’. No me gustan los simples que corren en la rueda de hámster del sistema neoliberal sin pararse a pensar qué sentido tiene toda esta mierda. No me gusta, me repugna, los que van por ahí con el aliento apestándole. No me gustan los que tienen actitud de señoritos, negreros, terratenientes, pijos. No me gusta los que te miran mal por ir sin mascarilla.

No me gusta Toni Cantó. No me gusta Domingo Villero. No me gusta Paco Cano. No me gusta Fran Hervías. No me gusta Luis Enrique ni Álvaro Cervera. No me gusta Macarena Olona. No me gusta Manu Sánchez. No me gusta Quique Peinado. No me gusta Toni Bolaño. No me gusta Javier Negre. No me gusta Adriana Lastra. No me gusta a quienes les gusta Pablo Iglesias. No me gusta Bob Pop. No me gusta Almudena Grandes. No me gusta Grande Marlaska. No me gustan los Quicos, lo del Opus y los de todas esas sectas y el daño que le hacen a sus propios miembros: «si eres maricón estás enfermo, no puedes abortar, sufre como un perro antes de subir al cielo.»

No me gustan los niñatos chulitos que aspiran a ser policía/guardia civil. No me gustan las niñatas que se pasan el día tumbadas en la playa y trabajando el culo en el gimnasio para luego guarrear en Instagram. No me gusta quien no le gusta la cerveza. No me gusta en definitiva no acordarme ahora de tantas otras cosas que no me gustan.

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