Manuel López Sampalo

El fuego y la fuga

Tanto el chico que huye a Madrid como el ‘muchacho’ que quema el colchón se sublevan ante la asfixia de un mundo que les limita y una situación por momentos poco soportable

Manuel López Sampalo

Comentaba alborozado con mi parnasillo de columnistas habituales –Nieto, Chapu, Peláyez y compañía– que la actualidad semanal, entre el fuguitas y el fueguitos, nos había hecho el caldo gordo a los plumillas gaditanos. Seguidamente contuve mi jolgorio en señal de respeto a tanto cuplé no ... nato –o a Los Carapapas en el caso de que la cosa hubiese acabado en tragedia–. «Un pirómano y un escapista, ¡por fin tenemos temas importantes que tratar!», le comenté a la cuadrilla. Uno, ante asuntos tan suculentos, no sabe a cuál meter mano primero, como un crío los regalos el día de su cumpleaños.

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