Manuel López Sampalo
¿Estáis ensayando?
¿Estáis ensayando, agrupaciones de carnaval, que no os callasteis ni debajo del Franquismo?
¿Estáis ensayando: coros, comparsas, cuartetos y chirigotas de Cai? ¿Estáis ensayando para que en febrero se vuelva a escuchar la voz de nuestro pueblo tras el riguroso año de silencio? ¿Estáis ensayando, agrupaciones de carnaval, que no os callasteis ni debajo del Franquismo? ¿Estáis ... ensayando, coros gaditanos, acompañados de bandurria y laúd, esa pieza genuina al compás de tanguillo al que algunos dan el monárquico nombre de su majestad el tango?
¿Estáis ensayando, pasionales comparsas, ese pasodoble de medía, ese piropillo a la Tacita, esa piedra de toque, que el autor os lleva al ensayo como un presente y luego ustedes lo vais moldeando con trinos de jilguero? ¿Estáis ensayando, oh princesa de mi tierra, la embajadora chirigota, al compás del 4x4 que aquí resulta 12, esos pasodobles sencillos y esos cuplés de pelo y bastinaso? ¿Estáis ensayando, pequeñas compañías teatrales, valientes herederos del Masa y del Peña, que ya sean 3 o 5 los componentes aquí se le siguen llamando cuartetos?
¿Estáis ensayando, tendiendo a secar al viento de levante vuestras privilegiadas gargantas, llenando de vida y dándole eco a esos viejos lavaeros de las azoteas viñeras, a esos patio-vecinos, esos patinillos, del barrio de Santa María? ¿Estáis ensayando dando clases de canto en esas aulas de colegios con nombres de santos que aguardan impacientes la llegada de sus pequeños habitantes? ¿Estáis ensayando, enterrando la simiente, que iréis regando y abonando luna tras luna, para que en el mes de la carne los aficionados cosechemos vuestros benditos frutos? ¿Estáis ensayando para que se pise el fruto de La Viña, ese bendito líquido carmesí al que aquí no llaman vino sino sangre de caballa?
¿Estáis ensayando para que los versos del poeta, al que la inspiración mantiene en vela, lleguen al pueblo, su pueblo, de Cádiz? ¿Estáis ensayando, acariciando las seis cuerdas del instrumento con silueta de mujer, de la prima al bordón, y vuestras cuatro cuerdas vocales que alcanzan la altura de la dulce voz femenina? ¿Estáis ensayando después del curro, oh, paisanos de los Astilleros, de Airbus, de los bares de las plazas gaditanas, de las naves de la Zona Franca, de los polígonos industriales de la Bahía? ¿Estáis ensayando, respondiendo a la llamada de ese pito de caña que dice «a esta es»?
¿Estáis ensayando, comparsistas, para hacernos sentir «las emociones más grandes de los gaditanos», porque cuando las cantáis «igual que un cañón» os sale «el corazón sólo por la garganta y la mitad del alma fundía en las manos»? ¿Estáis ensayando ya, en esos calurosos locales, descamisaos y bebiendo Cruzcampo y moscatel de Chiclana, para espantar nuestros males en los meses del frío? ¿Estáis ensayando para obrar el milagro del llanto y la risa? ¿Estáis ensayando para que el ingenio de esos chirigoteros geniales no se quede un año más en barbecho? ¿Estáis ensayando esas letras que entronizan la sátira, que revientan las costuras de la libertad de expresión, que ponen en la picota la cabeza del politicucho de turno, que recuerdan al alcalde y a sus concejales aquello de que son mortales?
¿Estáis ensayando, chirigotas del compás viñero clásico de mostrador y nudillos, coros de la Segunda Aguada, comparsas punteras de Martínez Ares y Tino Tovar, cuartetos de la poca vergüenza, quijotescos romanceros solitarios? ¿Estáis ensayando ese piropillo a La Caleta, esa crítica al Alcalde, ese cuplé a la suegra, ese tango a los ‘paraos’ de Airbus, esa cuarteta romántica que luego el chavea le canta a esa niña, pelando la pava en la casapuerta de recogía? ¿Estáis ensayando?
(Dedicado a don Antonio Burgos, maestro del artículo de usos y costumbres locales y regionales, embajador del Cádiz clásico)