Manuel López Sampalo

¡Chavismo en las aulas!

Para escribir del gran periodista sevillano hay que pulsar las teclas con cautela, sabiendo que en cualquier momento te puede explotar la mina del cliché

Manuel López Sampalo

En el presente, por fortuna, hablar de Manolo Chaves Nogales es un lugar común. Es más, ya hasta es un tópico decir que es un tópico. Para escribir del gran periodista sevillano, del que casi todo se ha dicho en los últimos años, hay que ... pulsar las teclas con cautela, sabiendo que en cualquier momento te puede explotar la mina del cliché. Aunque ya digo que es una suerte, y además es comprensible, que haya tanto ‘chavista’ sobrevenido: y es que nuestro mejor reportero estuvo medio siglo silenciado.

Yo iba a escribir de Camarón de La Isla, el Maradona de aquí, que hoy sábado cumpliría 70 años; o del segundo aniversario del ‘gobierno del cambio’ andaluz –¿se acuerdan ustedes de la «alarma antifascista» activada por Pablo Iglesias?–; o incluso del ‘4 de diciembre de 1977’, que como saben por las coplas «tomamos la calle» y «muere un malagueño» –Caparrós, mártir de la causa andalucista–. Esa era mi intención, hasta que leí en El Español la siguiente noticia, a la que de primeras no di mayor importancia: «Andalucía introducirá textos de Chaves Nogales en los colegios para combatir los extremismos». A la tarde, consultando ‘Las armas y las letras’ de Trapiello, rescatador de Chaves, volví a toparme con el autor de ‘A sangre y fuego’, lo que me picó a volver a la información de la mañana, y tras una relectura pausada pensé que qué buena nueva y qué suerte tenían los chavales y que aquello era la leche.

Y me puse a escribir de Chaves con entusiasmo, pero pronto me di cuenta de que era un marrón; a cada línea redactada me saltaba el ‘topicómetro’: «prólogo de ‘A sangre y fuego’, Tercera España, pequeñoburgués liberal, etc.» Así que tiré de lo propio; aunque mi historia personal con el autor hispalense no fuera 1/64 parte de interesante de lo que son las del propio Trapiello, Pérez-Reverte o Eva Díaz Pérez –impulsora de la iniciativa en las aulas–, no por ello deja de ser original:

A mí no me hablaron en los cuatro años de Periodismo de Chaves Nogales. Tampoco me lo encontré en los viejos anaqueles de ‘Raimundo’. Me lo presentó mi abuela Tere, hará 7 u 8 años al prestarme el ‘Juan Belmonte, matador de toros’. A ella se lo regaló mi tío Paco junto al ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’. Su hijo Paco acostumbra a llevarle a casa objetos exótico/costumbristas como customizadas botellas de vino de ‘Casa Pepe’ en Despeñaperros, anís ‘Machaquito’, botes de ‘a litro’ de ‘Varón Dandy’ o paletillas ibéricas.

El caso es que tras leer ambas biografías noveladas en preciosas ediciones de ‘Libros del Asteroide’, me enamoré de su autor y me hice con mi propio ‘Belmonte’ –en edición barata de Alianza, claro–: qué magnífico el pasaje inicial en el que el torero, aún crío, parte de Sevilla con un amigo y a pie, rumbo a África, para cazar leones, pero llegan hasta Cádiz, se sientan en la muralla frente al mar, se miran y ahí deciden que se ha acabado su aventura, media vuelta.

Luego llegaría a mis manos el aclamado ‘A sangre y fuego’, del que sospecho que muchos de los que citan a Manolo Chaves –el bueno– no han pasado del prólogo. Y más tarde, recientemente, su último libro de crónicas, ‘La agonía de Francia’. En fin, celebramos la entrada de MChN en las aulas, a quien se le podría aplicar más acertadamente lo que se dice del Cádiz: «Quién está contra Chaves está contra la Humanidad».

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios