La maldición roteña
Malditos sean quienes decidieron darle gratuitamente una segunda oportunidad a la extrema derecha
Malditos sean quienes decidieron darle gratuitamente una segunda oportunidad a la extrema derecha. Maldita su irresponsabilidad y su connivencia. Es imperdonable y lo pagaremos muy caro». Esto que bien podría ser el tuit de un persona anónima es el mensaje que el pasado domingo escribió ... Teresa Rodríguez al saberse el auge de Vox en las elecciones generales. La parlamentaria andaluza por Podemos no pudo contener su ira y su falta de talante democrático ante la gran cantidad de españoles que habían decidido ejercer su voto eligiendo la candidatura de Vox, de un partido tan democrático como el suyo.
Este desafortunado comentario realizado por la roteña deja entre ver el carácter autoritario que se maneja en su partido, en el que todo lo que no sea su pensamiento es antidemocrático, irresponsable o, simplemente, facha. Nuevamente esta señora demuestra su poco o inexistente respeto a las reglas del juego democrático de las elecciones. Si hace unos años culpaba a las personas mayores de que el Partido Popular pudiera llegar al Palacio de San Telmo, en este caso carga contra esos españoles que han votado a Vox, llamando «malditos» e «irresponsables» a todos aquellos ciudadanos que han decidido ejercer su derecho al voto escogiendo una opción que nos podrá gustar más o menos pero que es tan lícita como la suya, como la del PP o como la de tantos otros partidos que se presentan a los comicios.
Quizás este comentario responda a una necesidad por parte de la señora Rodríguez de tener que echar balones fuera para no dar explicaciones del descalabro continuo que su partido y su marca van sufriendo elecciones tras elecciones. Es incuestionable, y a los datos me remito, la sangría de votos que Podemos está sufriendo a nivel nacional y, más concretamente, a nivel local en Cádiz, donde el partido de su pareja ha perdido en estas elecciones 2.727 votantes con respecto a las anteriores generales de abril. Le recomendaría, desde mi humilde papel de ciudadano, que se preocupe más en mirar en qué se está equivocando su partido que en atacar el auge de otro partido y su conexión con el electorado. Puede ser que muchos españoles se hayan hartado de tener que verse sometido al yugo de la extrema izquierda de su partido. Yugo que se le impone a todo aquel que se salga de lo que ustedes consideran políticamente correcto, a todo aquel que se sienta español, que sea de derechas, que sea católico, en definitiva, que cumpla alguna de las condiciones que ustedes odian.
Mire, señora Rodríguez, no soy votante de Vox, no he sido nunca y de momento no creo que vaya a serlo, lo que sí tengo claro es que respeto el sistema democrático y, aunque los votos de Vox en algún porcentaje vengan de personas que anteriormente votaban a mi partido, siempre defenderé el derecho de todo español a votar lo que quiera, ya sea Vox, PP, Podemos… Porque así es cómo me enseñaron que se debía de respetar al igual. Y si a alguien tengo que maldecir es a los que, más de 40 años después, han vuelto a abrir las heridas de la guerra civil en un país que ya había pasado página. Maldigo a los que su única formación política era y es amenazar con dinamita para la próxima visita o con guillotinas a los que no son de su agrado ¿Le suena señora Rodríguez? Pues a esos que han roto mi país son a los que yo maldigo.
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