OPINIÓN
La madurez militar de Cádiz
Instalaciones como el Cuartel General de Alta Disponibilidad de Rota refuerzan el histórico protagonismo de la provincia en el esencial trabajo de los ejércitos
Los gaditanos aprenden desde bien pequeños que viven en un territorio que, históricamente, ha estado muy ligado a la historia militar, a los ejércitos y, concretamente, a la Armada Española.
La ubicación estratégica en el mapa del mundo, su papel fronterizo durante siglos, lo ha requerido a lo largo de los tiempos y el gaditano no ha permanecido ajeno a ello. Pero su relación no se limita sólo a la Marina, sino que también se da con los otros dos ejércitos. Incluso a estructuras superiores que, por naturaleza, suelen estar lejos de la vista de los ciudadanos. Uno de los casos más llamativos es el del Cuartel General de Alta Disponibilidad que, desde la Base de Rota, coordina algunas de las operaciones más importantes que lleva a cabo la OTAN en el mundo. Es decir, es uno de los puestos de control de las fuerzas armadas del mundo occidental, del hemisferio norte. Su actividad es la mejor prueba de su importancia, del servicio fundamental que presta a la seguridad de nuestro país. Las amenazas son otras, distintas, nuevas, y las respuestas deben adaptarse a esos cambios. Es una prueba más de los lazos de la provincia con los tres ejércitos repartidos por numerosos países del mundo en diferentes misiones humanitarias en las que toman parte a diario cientos de gaditanos, como héroes anónimos. Las actividades de control y coordinación internacional de la Base de Rota son una pieza más en el engranaje. Son muchas. Sólo la Armada participa actualmente en diversas misiones, con más de 1.200 efectivos desplegados en Somalia. Haití, Los Balcanes...
Y por supuesto, en nuestro propio país, en complejos como el que acoge Rota, un ejemplo entre muchos. Pese a que actualmente las Fuerzas Armadas gozan de prestigio en la sociedad ganado a base de sacrificio y buen hacer, conviene subrayarlo con cierta asiduidad para que no se olvide. Y celebrar como propios cada uno de sus éxitos, que no son pocos, aunque a menudo silenciosos. Los gaditanos han sabido convertir una servidumbre geográfica, una obligación histórica, en una responsabilidad, en un vínculo afectivo con uno de los brazos esenciales de una ciudadanía madura. Es una satisfacción ver cada vez más pruebas de la excelente convivencia entre sociedad civil y militar.
Ver comentarios