El Apunte
Madre coraje no puede más
La falta de ayudas económicas, el exceso de demanda y el agotamiento llevan al grupo Amigas del Sur a dejar de repartir comida entre familias necesitadas
Resulta especialmente doloroso ver que los solidarios, los que dedican su tiempo al auxilio de los que menos tienen, deben rendirse. Que quieren llevar la solidaridad, el afecto en forma de alimentos básicos, a niños y familias pero no pueden hacerlo. Esa frustración tapa la primera y mayor: que sea necesaria tanta ayuda para demasiada gente. Por pocos que sean, siempre son demasiados y especialmente cuando se trata de niños. Este golpe seco, este frenazo a la actividad de las voluntarias anónimas ha llegado para uno de los grupos más reconocidos, para la asociación Amigas Al Sur, con sede y campo de actuación en Extramuros, especialmente en el triángulo entre Cerro del Moro-Trille-Guillén Moreno. Aunque les llegaban peticiones desde el casco antiguo, desde Puntales, Loreto... Este colectivo tendrá que apagar los fogones con los que preparaba comida para decenas de familias. Lo más triste es que su tarea generosa y desinteresada desaparece: la ausencia de recursos económicos.
Durante un año, Amigas del Sur ha tenido que sobrevivir a base de donaciones de particulares, sin que las administraciones públicas hayan sido capaces de articular un canal de subvenciones estables, regulares, que permitiera que las voluntarias pudieran administrarse, manejar unas previsiones. Hartas de esperar esa estabilidad y con las alacenas vacías, han decidido echar el cierre. Las comidas y desayunos para los pequeños que repartía entre los más desfavorecidos desaparecerán el mes que viene. La asociación Amigas Al Sur, formada por ocho personas, repartía fiambreras con comida a unas 150 familias los lunes, miércoles y viernes, además de los 30 menores que desayunan toda la semana. Cansadas, mermadas en número y con sus necesidades particulares desatendidas, se rinden. Pero el problema sigue ahí. Las administraciones, que tantos golpes de pecho se dan, tan dadas a la propaganda, tendrán que suplir el trabajo y los recursos de estas madres coraje. Su trabajo ha sido admirable pero dan un paso al lado. Ahora han de ser otros los que les den relevo.
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