El Apunte
Luces y sombras de un contrato
La construcción de los petroleros en PuertoReal es más un acuerdo político que económico
Las cuentas de los petroleros no salen. La industria auxiliar de la Bahía mantiene el pulso con Navantia y asegura que los márgenes de rentabilidad de los trabajos que serán subcontratados son mínimos. No interesa a los empresarios del sector embarcarse, por tanto, en un proyecto de obra que puede ser ruinoso para sus intereses. No podemos asumir al pie de la letra el discurso empresarial, ya que su principal objetivo es ganar dinero a toda costa, pero tampoco debemos creer a rajatabla la tesis de Navantia de que el percio del proyecto es del todo competitivo. Está claro que ha sido el astillero coreano de Daewooo el que finalmente ha marcado los costes de la obra y su prevalencia en este mercado ha sido determinante a la hora de imponer sus condiciones para aliarse con Navantia. Los coreanos tienen la patente tecnológica y los bienes de equipo para poder construir estos barcos a precios más económicos que en los astilleros de Europa. Navantia ha jugado sus cartas, pero se encuentra ahora con un problema de fondo, la subcontratación de secciones de la obra, que tiene que resolver de manera satisfactoria antes de julio.
Cuando Navantia inició en 2014 los contactos con el grupo vasco Ibazabal para sacar adelante la construcción de cuatro barcos de la serie Suezmax se abrió una puerta para que los astilleros públicos regresaran a la construcción civil de grandes buques después de veinte años de ausencia. Sin embargo, esta misión no la podían hacer solos. Necesitaban un aliado que guiara estos pasos para luego volar solos. Fue así como se llegó al acuerdo de localizar un socio estratégico que complementara a Navantia. De esta forma se firnmó la alianza con los asiáticos. La SEPI fuen la primera en poner dudas sobre este ambicioso contrato, debido a las directrices coreanas. Sin embargo, la decisón polítioca estaba tomada de antemano. La Bahía de Cádiz no se podía permitir el lujo de mantener sus astilleros parados otro año más. Fue entonces cuando se sopesaron las decisiones y se optó por asumir un proyecto que, en cierto modo, arroja algunas dudas económicas. Era una cuestión política y estratégica más que económica. Los astillleros recuperan su actividad aunque el precio de esta factura aún no esta fijado. Todo apunta a que la firma de un nuevo conrato militar podría paliar los problemas encontrados con los petroleros.