Felicidad Rodríguez

Luces de Navidad

No sabemos aún cual será el programa del medio centenar de actividades que nuestro Ayuntamiento tiene previsto organizar para estimular la actividad económica gaditana durante las Navidades

Felicidad Rodríguez

No sabemos aún cual será el programa del medio centenar de actividades que nuestro Ayuntamiento tiene previsto organizar para estimular la actividad económica gaditana durante las Navidades. Porque imagino que ese es el objetivo de un equipo de gobierno, que se declara laico, para ese período que, al margen de la trascendencia religiosa de fechas como el 25 de diciembre, se extiende de facto, en su proyección social, desde la festividad de la Inmaculada hasta la de Reyes. Además, como en lo que a fiestas se refiere, en Cádiz ya tenemos muchas, buenas y diversas a lo largo del año, supongo que los esfuerzos están centrados en mejorar aquello en lo que no progresamos adecuadamente. Sin embargo, la única previsión de la que se ha tenido noticia, el concurso de escaparates, parece que no ha levantado gran entusiasmo entre los que esperaban que la campaña de Navidad les diese un respiro tras una temporada de ventas no especialmente brillante. Lo que si sabemos es que se va a eliminar la iluminación extraordinaria en las calles comerciales del centro.

Decía Adolfo Appia, uno de los más destacados escenógrafos del siglo XX, que «la luz puede difundir en el espacio la armonía de sus vibraciones exactamente igual como lo haría la música» y son innumerables los estudios, llevados a cabo en universidades de todo el mundo, que muestran las interrelaciones entre la luz y las emociones, algo que han utilizado los expertos en merchandising para incrementar la afluencia de público en las áreas comerciales y, por consiguiente, el incremento de las ventas. Quizás no sea lógico, como ha señalado nuestro regidor, que poner una bombilla de más o de menos esté relacionado con el volumen de ventas. Pero, como nos recordó el gran filósofo, físico y matemático Blas Pascal, «el corazón tiene razones que la razón no entiende». Así que, sea lógico o ilógico, el hecho experimental es que existe una estrecha relación entre el diseño de un ambiente lumínico, con la creación de una determinada atmósfera, para atraer o, por el contrario, hacer desistir al respetable. Así pareció entenderlo, que de estas cosas los americanos saben mucho, la Cámara de Comercio de los EEUU nada más descubrirse la luz eléctrica; algo que, al parecer, comparten los responsables de estimular la actividad comercial en todas las ciudades del mundo.

Quizás eso de tratar de incrementar el consumismo no sea muy acorde con el espíritu religioso de la Navidad, pero no creo que ese dilema deba preocupar excesivamente a nuestros dirigentes municipales. Al fin y al cabo, si para evitar la inflación no se da a la máquina de hacer dinero, el funcionamiento colectivo depende de que aquel se mueva, del constante intercambio, del mantenimiento de transacciones en el nivel que corresponda. Y bien sabemos todos que Cádiz, una ciudad de servicios, necesita del mantenimiento de la actividad comercial como del comer. Teniendo en cuenta, además, que los nuevos sistemas permiten una disminución drástica del consumo eléctrico, por eso de la eficiencia energética, no parece muy lógico que la extensión de la iluminación a plazas de extramuros, como los cuarteles de Varela o la rotonda de acceso a Cádiz, deba suponer su erradicación de la calles del centro comercial.

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