Adolfo Vigo

Locos por el... 'gaditaneo'

Con esto de las peleas y discusiones se suele generar un caldo de cultivo de nuevos personajes, locos por tener sus cinco minutos de gloria

Adolfo Vigo

Con esto de las peleas y discusiones se suele generar un caldo de cultivo de nuevos personajes, locos por tener sus cinco minutos de gloria aunque sea a costa de emponzoñar, malmeter o cuestionar todo lo que no sea de su agrado, o que no entre dentro de sus cuadriculadas mentes a la hora de entender las tradiciones de la ciudad.

Esto está pasando actualmente en el mundo de las cofradías, en el que alguno, aprovechando lo de la Hermandad del Perdón, y que el Pisuerga pasa por Valladolid, están buscando el ser el centro de una polémica, abanderar las posiciones más ultras, y erigirse como la voz de los sin voz, esto último ya utilizado por algún otro paladín de las tradiciones hace unos años.

Es curioso cómo se echa mano a la falta de caridad cristiana, a la falta de dialogo con el hermano de fila, para enmendarle la plana a otros, pero muchas veces nos olvidamos del hermano de verdad, del que comparte sangre. A ese al que dejamos de hablar y con el que deberíamos de tener la suficiente caridad como para perdonarle los errores.

Me resulta patético cómo se puede atacar al pregonero de la Semana Santa por no estar en la ciudad en esa semana. Vamos, a ver, el compromiso de ese señor o señora con la ciudad y con los cofrades gaditanos se limita a que el domingo de pregón se encuentre en las tablas del falla a la hora del ángelus para anunciar la Semana de Pasión gaditana. Todo lo demás viene de añadido, como deferencia del pregonero por si quiere asistir a determinados actos, salidas, etc… que las Hermandades tengan durante esos días.

No sé, pero haciendo un símil entre el pregón de Semana Santa y el de Carnaval, por ser ambos la exaltación de una fiesta típica de nuestra ciudad, no he visto que nadie se quejara de que Pablo Carbonell, junto con su bicicleta estática, no estuviera en la ciudad todos los días, cosa normal por otro lado..

Lo que está claro es que el pobre argumento de la caridad cristiana quiebra cuando para defender algo que se considera tradicional se utilizan tan paupérrimos hechos para atacar a una persona en su calidad de vocero de la Semana Santa, como es el de estar en Sevilla y no en Cádiz en esos días. Y es que hay algunos, que en su empeño de repartir las patentes a los gaditanos para poder opinar de lo que ocurre en la ciudad durante la Semana Mayor, se permiten el lujo de que su neurona gadita mande a callar al que no piensa como él, o al que por diferentes cuestiones no se encuentre en nuestra ciudad todos los días viendo procesiones, llegándose al punto de decir que estos menosprecian a la ciudad.

Dicho esto, hay muchos que lejos ya de estar loco por un balón, se permiten ahora el lujo de dar clases de ‘gaditanismo’ cofrade, pontificando sobre lo que está bien o mal en el mundo de las Hermandades aún cuando no haya dado un palo al agua en ese mundillo en las últimas décadas, viviendo de algún recuerdo pasado de la familia, pero estando locos por que se hable de ellos de nuevo.

Por cierto, que alguien pregunte porque el Consejo no puede sacar la revista bajo el título de ‘Estandarte’, como tradicionalmente hacia. Lo mismo cuando hablamos de negocios se acaba la caridad cristiana…

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