Montiel de Arnáiz - OPINIÓN

Ex libris

Fácil, señor alcalde, es cierto que La muerte juega a los dados

ENRIQUE MONTIEL DE ARNÁIZ

Tengo una pila de libros por aquí -sí, Yolanda, esos seis que devoro a la vez- y, si me lo propusiera, todos me recordarían a Kichi. El adversario, de Emmanuel Carrere, me haría pensar en Fran González, responsable más indirecto aún de lo que se sospecha de que gobierne y siga gobernando Podemos en Cádiz. De Amélie Nothomb tengo El sabotaje amoroso, pero no quiero revestir de rosa palo esta columna. Luego está el dilema: siempre he dudado de si Juan Rulfo escribió Pedro Páramo o si fue al revés. De sus bellas páginas entresaco la sentencia que habla del derecho del ahorcado y pienso en la capacidad de autoinmolarse a base de malas decisiones. Si la oposición ejecutara una moción de censura, Kichi se quedaría a la Intemperie (Jesús Carrasco) y debería plegarse a la Democracia (Pablo Gutiérrez). Claro está, antes podría dedicarse a analizar el camino seguido, ése que lo llevó de buscar el Son de mar (Manuel Vicent) a convertirlo, finalmente, en un Intruso en el polvo (William Faulkner). Cuando un alcalde se granjea demasiados enemigos y el pueblo empieza a verlo como un Factótum (Charles Bukowski), lo normal es que salgan a la luz Los desnudos y los muertos (Norman Mailer) en el armario y caduque el tiempo restante en el sillón. Tras La caída de Madrid (Rafael Chirbes) -y quien dice Madrid, dice Cádiz- uno puede reflexionar cual Napoleón en Santa Elena en qué se pudo equivocar, cuáles fueron Las partículas elementales (Michelle Houellebecq) de su fracaso, cómo llegó a bañarse sin flotador ni patito en el Océano África (Xavier Aldekoa). Fácil, señor alcalde, es cierto que La muerte juega a los dados (Clara Obligado) pero a veces la ignorancia nos hace salirle al encuentro y nos encontramos solos y resentidos ante nuestra propia falta de #Rigor. Le doy un consejo, porque le tengo por hombre de bien: no hace mucho fueron ustedes auténticos Fabricantes de sueños (AEFCFT) pero deben bajar de las nubes y prestar más atención a los presupuestos municipales y menos a las polémicas artificiales. Sólo así conseguirá hacer una buena labor y evitar que, como un Bódalo convicto o un vulgar troll con disfunción eréctil, lo único que le recuerden sean Tus magníficos ojos vengativos (Juan Ramón Biedma).

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