Leonstudio

León cumplió 43 el otro día. Hace cuatro que nos conocimos. Había quedado con mi amigo Escudier –un cañaílla jerezano– y su familia en un lugar de París donde suele hallarse a Mickey Mouse y con él estaba su cuñado, Javier. Íbamos a ver un nocturno espectáculo ecuestre a lo Little Big Horn con menú tex-mex incluido. No fue muy sangriento pero sí simpático. A mi lado, Javier León susurraba en inglés a Los Ángeles (California), pero no a alguien en concreto sino a todo Hollywood en general. Me confesó que a esa hora sus «socios» estaban despiertos. Le entendí perfectamente porque sé que ése es el secreto del éxito y, concretamente, del de Leonstudio VFX, su empresa de animación en 3D, ganadora del concurso de realidad virtual de EEUU convocado por Otoy y Oculus Rift, colaboradora en películas premiadas con el Goya como Camino y Ágora, y responsable de la publicidad de compañías internacionales como McDonalds o Coca Cola.

Al genio de Leonstudio este currículo le da igual, sólo le importa no aburrirse demasiado pronto de lo que hace; eso le obligaría a variar su rumbo de navegación vital. León es un talento artístico que crea y diseña sin horario laboral desde un recóndito rincón isleño: esa Calle Real por la que el único tranvía que pasa, de momento, es de animación. Hace poco me invitó a ver su nueva sede, escondida junto a la plaza del Carmen. Había allí quince espíritus: todos a lo suyo, sin vaguear, náufragos en un mar de monitores de ordenador. Aquel sitio debe ser el paraíso del creativo, un prototipo de lugar amable de trabajo en el que no hay horario sino flexibilidad, donde, apremiado por una entrega, se puede jugar una partida de ping-pong con o sin gafas de realidad virtual.

Resulta increíble que una de las principales y más punteras empresas de animación 3D por ordenador del mundo esté radicada en San Fernando, el Sillicon Valley europeo. Me produce un estúpido orgullo ombliguista, pero es probable que sea producto de la gran simpatía y admiración que me merece este self-made-man que es Javier León, un tipo alto y callado, serio y meditabundo.

Un friki, claro está.