EL APUNTE
La lenta recuperación
El mercado laboral de la provincia registra mejoras pero aún hay números peores que en 2008
El debate del paro en Cádiz se puede ver desde dos ópticas bien distintas. El análisis es más amplio cuanto mayor es el periodo que entra en el análisis. Si las cifras comparadas son las actuales con las existentes cuando comenzó la primera gran crisis ( ... de las dos consecutivas) allá por 2008, resulta que los datos ofrecen un espectro muy amplio. Para unos, la botella está medio llena, sin embargo, para otros, todavía se encuentra medio vacía . Hace diez años, cuando todo se rompió, las cifras del paro se dispararon hasta niveles nunca antes registrados incluso en una tierra tan acostumbrada, cebándose especialmente con los jóvenes de entre 16 y 35 años. La perversa progresión del mercado laboral llegó a situar el paro juvenil en el 46,7% a finales del año 2016.
España, con Andalucía y Cádiz a menor ritmo, ha conseguido durante los últimos años superar estas dos graves recesiones de 2008 y 2013 que acabó con los empleos de millones de personas. Actualmente, el nivel económico de antes de la crisis ya se ha alcanzado en cifras globales, aunque no ocurre lo mismo con el número de empleos. De ahí la distinta percepción de la botella del optimismo y el pesimismo. Todavía faltan más de 800.000 para tocar la cifra de más de 20 millones de trabajadores registrada en 2008.
Cádiz, con su siempre lastrado mercado de trabajo, todavía se encuentra muy lejos de igualar los niveles de empleo que tenía hace una década. Según los datos que refleja la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), al final del segundo trimestre de 2008 había en la provincia un total de 456.800 personas ocupadas. Ahora, once años después, la cifra de personas ocupadas se sitúa en 430.300, un 5,8% menos que antes de la recesión económica. También conviene tener en cuenta que a día ahora se registran 26.500 trabajadores menos en la provincia que en el año 2008. El sector más afectado durante estos años ha sido el maldito, el que se consideró el origen de la fractura: la construcción. Hace diez años, un total de 58.800 personas trabajaban en el ladrillo, una cifra que actualmente se sitúa en 30.100, lo que supone la reducción de 28.700 en el número de ocupados y una caída de 49% en el sector. Los números, por tanto, ofrecen una sensación de alivio que puede resultar notable o nimia, según las percepciones.