EL APUNTE
El legado del doce está muerto
Poco o nada queda en Cádiz del espíritu cultural que protagonizó en 2012 la celebración del Bicentenario
¿Qué fue del Doce? ¿Qué ha heredado Cádiz tras la celebración del Bicentenario? Son preguntas con una respuesta fácil. Aquel espíritu cultural que inundó la capital durante 2012 está muerto. Siete años después de la celebración de esta magna efeméride solo existe su recuerdo. ... El Castillo de San Sebastián, el icono llamado a ser el Faro de las Libertades, está cerrado y los premios Cortes de Cádiz, el galardón que reconocía a lo más granado de España e Iberoamérica, han desaparecido del calendario político municipal. Cádiz ha visto desvanecerse gran parte del esfuerzo hecho para recordar el Bicentenario. La conmemoración de los doscientos años de la Constitución del Doce, fue un hito concebido para situar a Cádiz en el mapa del mundo. Una capital pequeña pero bien equipada, rica en cultura e historia, potente en turismo, atractiva para emprender y con un vínculo histórico con Iberoamérica que estaba empezando a germinar en todos los niveles. Por un lado, el papel de la Junta de Andalucía y del gobierno de la Nación terminó cuando concluyó 2012. En cuanto al Ayuntamiento de Cádiz, gobernado entonces por el PP con Teófila Martínez como alcaldesa, pasó de ser principal valedor del Bicentenario y de la colaboración con los países iberoamericanos, a desligarse de este proyecto de ciudad, tras el cambio político en 2015. Hubo muchas iniciativas para dar continuidad, pero ninguna cuajó. El entonces delegado de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, propuso a todas las administraciones que estuvieron implicadas en aquella conmemoración que todos los edificios que formaban parte del legado del Doce se unieran en una misma oferta cultural y turística común. Su idea era que alguna empresa explotara de forma conjunta aquellos edificios y permitiera que Cádiz siguiera presumiendo de ese reciente pasado más allá del año del aniversario especial. El Estado podía aportar el Castillo de San Sebastián. La Junta de Andalucía, el centro de interpretación de la Constitución de 1812. El Ayuntamiento de Cádiz, la casa de Iberoamérica. El de San Fernando, su propio centro de interpretación del parlamentarismo. El de Puerto Real, las fortificaciones del puente Zuazo. Y el Obispado, el emblemático oratorio de San Felipe Neri. Este martes, la provincia vivirá su día grande, y siempre se recordará el Doce como lo que pudo haber sido, pero no fue.