La Voz de Cádiz - EL APUNTE
Lección popular contra el populismo
Cádiz renueva sus tradiciones pese a los intentos de determinado sector del Gobierno local de borrarlas poco a poco
La ciudad de Cádiz es sus tradiciones. No es ningún mérito. Todo país, región, ciudad o familia es, en gran parte, por lo que fue. Y Cádiz demostró ayer, durante la celebración de la procesión Magna Mariana que es fiel a su tradición cofrade. Por encima de colores políticos, disputas ideológicas o planteamientos antagonistas, Cádiz disfruta con sus tradiciones, desde las más antiguas a las incorporadas recientemente. Y ayer, con la acogida que tuvo la Magna Mariana, se demostró que Cádiz es, en buena parte, cofrade y mariana. O, por lo menos, porque la fe viaja en el corazón de cada cual, que disfruta y participa activamente de estos actos, como puede hacerlo del Carnaval o del Cádiz CF.
Sin embargo, los cofrades parecen estar siempre en el punto de mira, teniendo que justificarse por su actos y por sus iniciativas pese al gran respaldo que tienen en la ciudad. Una situación que ha ido a más desde que el Gobierno local está ocupado por la coalición de Por Cádiz sí se puede y Ganar Cádiz en común.
No se entienden los continuos desplantes que el señor González Santos ha hecho al sentimiento religioso en Cádiz. La especulación sobre las ayudas a la celebración de la Semana Santa hace dos años, la ausencia del alcalde en la concesión de la Medalla de la Ciudad a la Virgen del Rosario o el plante hecho a la Hermandad del Rocío son algunos de los ejemplos de que el gobierno que surgió en las urnas con la promesa de ser la voz del pueblo vive de espaldas a él.
Por encima de ideologías, un alcalde (o el presidente de un país o una comunidad de vecinos) debe ser respetuoso con la sensibilidad de sus representados. El pueblo de Cádiz volvió a dar ayer una lección acompañando, pese al calor, a sus vírgenes como una muestra del respeto a las tradiciones. Contra el populismo estridente, lo popular prefiere la discreción.
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