OPINIÓN
Kichi logra su propia marca
El alcalde de Cádiz se desliga de la dirección nacional de Podemos y se permite darle calabazas a Pablo Iglesias
Las elecciones municipales son siempre los comicios en los que más importancia cobra la figura del candidato, independientemente de las siglas que represente. La cercanía de un alcalde está muy por encima de los partidos y en Cádiz se pudo comprobar durante dos décadas, en ... las que Teófila Martínez encadenó varias mayorías absolutas gracias a su carisma personal unido a la transformación que logró llevar a cabo en la ciudad. De hecho, en las elecciones de 2015, cuando más marcado estaba el nombre del Partido Popular por los casos de corrupción, la ex alcaldesa basó su campaña en su propio nombre, Teófila, desligándose del de su partido.
Ahora, quien está aprovechando ese tirón, sin duda alguna, es el alcalde José María González Santos ‘Kichi’, a quien no le hace falta en absoluto presentarse a las elecciones del próximo 26 de mayo bajo el paraguas de Podemos. Él es su propia marca y de hecho ha incluido su apodo en las papeletas. Todos coinciden en que se trata de una persona afable, cercana, que además ha sabido ‘lidiar’ con sus propias contradicciones, manifestadas en asuntos como la Semana Santa o las fragatas encargadas por Arabia Saudí al astillero de Puerto Real.
Otro de los asuntos que le ha hecho ganar muchos adeptos es el de su público distanciamiento de la organización nacional de Podemos, partido que hace cuatro años le permitió convertirse en alcalde y de cuyos principales dirigentes hoy reniega. Lo hizo en principio por su pertenencia militante en la corriente anticapitalista, mucho más radical que Podemos y que ya trató de desbancar a Pablo Iglesias en beneficio de Miguel Urban. Justo cuando estaban en plena pelea interna se destapó el asunto del millonario chalet adquirido por Iglesias e Irene Montero en una urbanización de lujo en Madrid, ocasión que aprovechó Kichi para recordarle de dónde venía y que él seguía viviendo de forma humilde. Este gesto le dio un enorme empujón a su popularidad y a día de hoy puede incluso permitirse el lujo de rechazar el ofrecimiento de Pablo Iglesias de venir a apoyarle durante la campaña, aunque esta vez lo ha hecho a nivel interno, no públicamente.
De su gestión en el Gobierno municipal, de su falta de proyectos, del declive de la ciudad... no es necesario hablar. A lo que se ve son cuestiones menores mientras su carisma siga siendo su principal y casi único aval.
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