Regreso al campo

Algunos historiadores explican que por razones desconocidas la civilización maya abandonó sus ciudades para regresar a la naturaleza

Algunos historiadores explican que por razones desconocidas la civilización maya abandonó sus ciudades para regresar a la naturaleza. Muchos siglos después un grupo de arqueólogos rescató de la selva, en la península de Yucatán, a la fascinante ciudad de Chichén Itzá. Resulta sorprendente contemplar ahora ... la grandeza y el rigor científico de esas construcciones que fueron abandonadas sin que se hayan descubiertos vestigios de catástrofe alguna, ni guerra ni terremoto, que pudiera justificar su desalojo. El urbanista galés Cedric Price explica, utilizando precisamente este fenómeno, que las ciudades se asemejan a los seres vivos, todas ellas nacen, se desarrollan y acaban por morir. Como consecuencia de las medidas adoptadas para proteger a la ciudad de Nueva York de los estragos del covid19, el icónico museo Guggenheim que levantó Frank Lloyd Wright en la Quinta Avenida se ha visto obligado a cerrar una provocadora exposición cuyas propuestas atravesaban como una espada de fuego los principios más consolidados de nuestra cultura urbana. De su autor, el arquitecto holandés Rem Koolhaas, se dice que, como sucedía con Robert Venturi y Aldo Rossi, sus textos, ideas y propuestas suelen ser mejores que sus edificios. Mediante esta muestra ‘Countryside, The Future’ Koolhaas sorprende, pues tras haber ceñido el ámbito de sus pensamientos a la ciudad, ha decidido hablarnos del campo, según su tesis es donde los cambios del futuro se van a producir de forma más radical. Para el holandés el campo es lugar de optimismo y vitalidad, y por tanto representa el futuro, el espacio para la invención y las oportunidades. Sin embargo, sus propuestas contrastan con la defensa de los valores naturales del planeta y con las iniciativas ecologistas para evitar el calentamiento global y las catástrofes que por su causa pueden acontecer.

Cartel de la exposición de Koolhaas en el Guggenheim neoyorquino

Mientras Koolhaas preparaba sus rompedoras ideas una imprevista catástrofe se iba a desatar. En el momento que se inaugura la exposición, un artículo de la revista Nature analiza el genoma del Covid-19, que ya se extiende por el mundo, descarta que sea producto de manipulación genética y explica que infecta al género humano por zoonosis producida en China. Los virus existen en la Tierra desde hace millones de años, antes de la contaminación generada por la civilización humana, son trozos de ADN O ADR envueltos en una cápsula proteica con una capacidad bestial de infección celular. Fernando Valladares, investigar español del CSIC, sostiene que todo virus forma parte de un ecosistema. «Si no nos afecta antes es porque los ecosistemas están equilibrados». La mejor vacuna está en la naturaleza. Añade el investigador que ahora no sabemos exactamente donde está el virus, nuestra protección es rudimentaria (jabón, guantes, mascarillas). «En cambio, en una naturaleza funcional donde la carga vírica global esté en niveles aceptables la protección es enorme».

Con todo, el confinamiento riguroso, que aún se mantiene en otros países, no solo ha resultado eficaz para contener la catástrofe, también ha generado en la gente una concepción diferente de su propio hogar y del entorno en que se encuentra. Así se valoran aspectos tales como: la luz natural, la ventilación y los espacios abiertos . Y en el exterior: la calidad ambiental, el placer del paseo o la vegetación. El interés por lo rural ha crecido como apuesta por un estilo de vida más pausado. También ha sido posible pensar en la necesidad de reducir la movilidad compulsiva; cambiar hábitos alimentarios, reduciendo el consumo de carne; y la necesidad de reforzar todos los servicios públicos.

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