Eduardo Moyano
Julieta, o los silencios
No ha sido una semana muy buena para Pedro Almodóvar y los suyos, aunque tanto él como su hermano Agustín han asegurado que están al corriente de sus obligaciones tributarias
No ha sido una semana muy buena para Pedro Almodóvar y los suyos, aunque tanto él como su hermano Agustín han asegurado que están al corriente de sus obligaciones tributarias. Sus nombres, como los de muchos otros políticos, gentes de la cultura, del deporte o de las finanzas aparecen en los llamados Papeles de Panamá, unas filtraciones que han salpicado a medio mundo. Los hermanos Almodóvar figuraban como apoderados, a principios de los noventa, de una sociedad opaca con domicilio en las islas Vírgenes británicas.
Todo esto ha sucedido en la misma semana en que el cineasta manchego vuelve al cine con ‘Julieta’, un melodrama en la línea de alguna de sus mejores películas como ‘Todo sobre mi madre’, ‘Hable con ella’ o ‘Volver’ y que de paso nos regala una gran interpretación de Emma Suárez que, en su madurez desgrana todo su interior, como una mujer herida y destrozada por las circunstancias que han rodeado su vida. Ella, nueva chica Almodóvar, encabeza un reparto en el que también sobresalen Adriana Ugarte (Julieta, joven), Darío Grandinetti o Daniel Grao, quien responde con solvencia a su papel de hombre solitario, de pocas palabras y amante del mar que enamora a Julieta después de un viaje en un tren, de esos que recordamos los mayores, con compartimentos en el que viajaban hasta seis personas pero que, con suerte, no se llenaban del todo.
En un largo flashback, Almodóvar relata la vida de Julieta desde los años ochenta hasta nuestros días. Galicia, Madrid , Andalucía y los Pirineos son los lugares donde se desarrolla esta historia de miradas y silencios. ‘Silencio’ es como iba a llamarse la película basada en tres relatos del libro ‘Escapada’ de la escritora canadiense, premio Nobel, Alice Munro. Almodóvar prefirió cambiar el título para evitar equívocos ya que una próxima película de Martin Scorsese se titulará ‘Silencio’.
La relación de pareja, la presencia del padre, casi como un desconocido, las relaciones, madre-hija , la profunda tristeza y desesperanza que trasmite el personaje de Emma Suárez, el sentimiento de culpa, la enfermedad, el coma, la muerte se vislumbran durante el metraje de ‘Julieta’, un melodrama con aires de tragedia griega y en el que no falta un cierto suspense y la sutil referencia a las sectas, como uno de los fenómenos más graves que afectan a las sectores más jóvenes de nuestra sociedad.
Me llamó la atención que Almodóvar no haya buscado el acento de sus personajes ya que aparecen gallegos o andaluces. Todos tienen un acento neutro porque la fuerza de la película está en su universalidad y cualquiera de sus personajes puede provenir de cualquier parte. Iba a rodar en Canadá y posteriormente pensó en Estados Unidos, pero no se sentía a gusto. Almodóvar necesita sentir el calor de su tierra para construir sus historias. Han pasado tres años desde la desconcertante y fallida ‘Los amantes pasajeros’, tres años en los que Almodóvar ha superado una hernia discal que le ha tenido postrado y le llevó al quirófano. Ha pasado el tiempo pero ha vuelto el mejor Almodóvar, quien prepara nuevos proyectos. En ellos echaremos ya en falta a Chus Lampreave, la inconfundible actriz que en la semana del retorno de Pedro Almodóvar nos dijo adiós para siempre.