Los jubilados toman la calle

Demasiado tiempo callados. Demasiado tiempo aguantando penurias. Los jubilados gaditanos han soportado con resignación y paciencia los efectos de una crisis que los ha dejado pegados a la pared. Gracias a su pensión han podido cubrir las necesidades de los hijos que se han quedado parados por el cierre de miles de empresas y gracias a su contribución, este país no ha tenido una revuelta social en las calles.

Mes a mes han estirado una pensión que en la mayoría de los casos roza los mil euros. Jubilados, viudas, incapacitados y huérfanos han dicho: «¡basta ya¡». No pueden seguir viviendo el resto de sus días con una prestación miserable después de años de cotización y esfuerzo.

Miles de pensionistas se echaron ayer a la calle, en Cádiz más de 4.000 personas plantaron cara al mal tiempo, para reclamar la mejora de las pensiones y una reforma que garantice de una vez por todas el futuro de estas prestaciones a las siguientes generaciones. El Sistema Público de Pensiones ha entrado en quiebra.

La esperanza de vida es cada vez más larga y, sin embargo, el incremento de personas en edad de jubilación choca con la merma de nacimientos. La pirámide poblacional se ha invertido. Además, el nuevo contingente que se incorpora al mercado laboral es cada vez menor y recibe un sueldo ridículo para poder mantener el techo de las pensiones. El sistema se ha roto. La fórmula solidaria que ha regulado hasta ahora la cobertura social hace aguas.

No hay recursos para cubrir las pensiones actuales y mucho menos las del futuro. La gota que ha colmado el vaso y que ha desembocado en esta revolución de abuelos ha sido la subida este año del 0,25%, es decir, poco menos de dos euros al mes. Los pensionistas han podido comprobar con terror como pierden poder adquisitivo y no ven que los políticos solucionen este grave problema.