Des/graciados

A mí me gusta esa teoría en la que Hitler ser reía de sí mismo y de su parodia viendo la película 'El Gran Dictador'

Juan Gómez-Jurado

Cuentan que Hitler pedía de manera complusiva que le proyectasen una y otra vez la película de ‘ El Gran Dictador ’ de Chaplin. La película nació en pleno auge del nazismo. Lo que no ha transcendido es si la megalomanía del dictador parodiado era ... tan grande que la veía simplemente como miraría sus estatuas o sus apariciones en aquellos noticiarios que tan brillantemente filmaba Leni Riefenstahl, si se sentía halagado viéndose interpretado por una de las estrellas más enormes de la historia del cine o si, realmente, le hacía gracia esa parodia y se reía sardónico viendo aquel baile con la bola del mundo pensando: «Ya lo haré cuando, de verdad, la profecía se haga realidad y pueda darle al mundo con el cachete del culo». A mí me gusta esa teoría en la que Hitler ser reía de sí mismo y de su parodia viendo la película, porque siempre he pensado que, una de las características del verdadero poder, es ser criticado y que la crítica te resbale y uno de los paradigmas del poder absoluto es que, más allá de resbalarte, te resulte graciosa ¿Recuerdan aquella escena de ‘La lista de Schindler’ en la que el poderoso general nazi era convencido de que el verdadero poder era no matar a quien, en pura ley, podías matar? Pues aún me parece superior quien celebra su parodia.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación