Juan Carlos Jurado
La celebración de la Esperanza
Estos días serán una nueva vivencia cristiana que, sin duda, viviremos con la Esperanza de que esta situación de crisis sanitaria pronto tenga fin
Recién comenzada la primavera, volvemos a vivir los momentos más esperados del año para los cristianos y cofrades de Cádiz: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios .
Tras este año muy difícil y doloroso, afrontamos de nuevo ... una Semana Santa que será diferente pero esperanzadora. Al menos, sí habrá Palmas en este año y los cofrades podremos estar con nuestros Titulares. Ello llevará a que este año de nuevo Jesús entrara en Jerusalén, a pesar de que nuestras cofradías no estarán en las calles ni se realizará la habitual Estación de Penitencia en la Santa Iglesia Catedral de Cádiz, pero sí la realizaremos en nuestras sedes canónicas de una forma más intensa y espiritual como no lo pidió nuestro Pastor .
Estos días serán una nueva vivencia cristiana que, sin duda, viviremos con la Esperanza de que esta situación de crisis sanitaria pronto tenga fin. Las cofradías de Cádiz en nuestra larga historia sabemos lo que es pasar pandemias y crisis de todo tipo, saliendo de ellas fortalecido en nuestra fe en nuestros titulares y, como siempre, compartiendo el dolor y el padecimiento de los gaditanos y gaditanas.
Es una Semana Santa distinta a lo que estábamos acostumbrados a vivir antes de la pasada del 2020 . Nuestra liturgia exterior ha tenido que ser cambiada, se han sustituido las procesiones por la solidaridad, por nuestra caridad, como ha venido sucediendo durante todo este año. Pero a su vez tampoco será como esa última, cuando se dio esa situación tan excepcional y extrema que nos mantuvo en casa confinados. Entonces, os invitaba a celebrarla en la intimidad de vuestros hogares. Este año podemos acudir a los templos a ver a nuestros titulares y tenemos la oportunidad de profundizar en la fe cristiana con la participación en los distintos actos que preparen nuestras hermandades y, sobre todo, participando en los oficios del Jueves y Viernes Santo y en la Vigilia Pascual, igual que lo hemos hecho durante los días previos de esta Cuaresma. Pero siempre con el máximo respeto a las normas sanitarias que todos conocemos.
Os invito a seguir rezando por los fallecidos, los contagiados y todas las familias que han sufrido y aún sufren las consecuencias de esta pandemia sin precedentes . Sin olvidarnos nunca de los sufrientes colaterales por la crisis social y económica derivada. Y por supuesto, como cristianos, tenemos que aferrarnos a la Fe y, por supuesto, en la Esperanza en estos momentos. Así lo hemos repetido desde nuestras hermandades en tantas ocasiones y también la Esperanza fue la propuesta que hizo nuestro pregonero, Iván Roa, en su exaltación el pasado Domingo de Pasión.
Tenemos que confiar en la llegada de nuevos tiempos , en los que superando el sufrimiento aprendamos de esta pandemia que lo importante es el amor y la solidaridad, para el ser humano;debemos mantener nuestra Esperanza que todo lo malo va a pasar. Los hombres, con la ayuda siempre de Dios, conseguiremos que la vacuna nos devuelva la tranquilidad y la luz que todos pretendemos y necesitamos para vivir.
Creciendo en la Fe y la Esperanza , debemos desarrollarla en la solidaridad que ya hemos venimos desarrollando y que debemos creer, pues no sólo es ayuda en lo material sino también en lo inmaterial, como la soledad, el miedo, la depresión y demás consecuencias de esta pandemia. Esa son las labores de Caridad que son nuestro reto y nuestra obligación cristiana.
El Consejo y las hermandades de Cádiz seguirán teniendo como guía la Fe, la Esperanza y la Caridad , para ser más fraternos como señala en su Encíclica nuestro Papa Francisco, ‘Fratelli tutti’, para proponernos, como escribía San Francisco de Asís, «una forma de vida con sabor a Evangelio», para buscar una «fraternidad abierta, que permita reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite». Una fraternidad que debe identificar a todo el que sufra, para acompañarlo y si, es posible, para buscar soluciones. Es un trabajo que sé que, desde la Hermandades como comunidad y cada cofrade en particular, realizáis. Esa ha sido y es nuestra prioridad, aunque los recursos económicos con los que cuentan las hermandades son muy limitados para las necesidades materiales. Por todo ello, os doy las gracias a todos los hermanos mayores y cofrades que de una forma u otra habéis sido tan solidarios.
Con este Domingo de Ramos comenzamos esta Semana Santa del 2021, hagámoslo desde la sinceridad y la cercanía al Señor, desde la entrega a los demás, trabajando desde la Fe y la responsabilidad. Sigamos como hasta ahora unidos y transmitamos a todos la Esperanza de la Resurrección.