Opinión
Y la luz se hizo
«Nadie realmente quiere explicar lo que ocurre. Quizás porque nadie sabe a ciencia cierta, por qué crece la tarifa eléctrica»
No sabemos que fue antes, si la oscuridad o la luz. Siempre nos dijeron que: «En el principio fueron los cielos y la tierra y por el desorden y vacuidad de las tierras las tinieblas estaban sobre la faz del abismo… y la luz se ... hizo». El Génesis hizo su versión más iluminada de la creación. Luego vinieron Einstein, haciéndolo todo relativo y Hawking prediciendo un universo soportado en un impulso primero y superior.
Cuando intentamos comprender lo que pudo ser el primer Big Bang, o sea la primera explosión súpernuclear y espontánea que generó este espacio cuasi infinito e inabarcable, nos quedamos atónitos y mudos. No nos explicamos que provengamos de una explosión en continua expansión.
Lo único que entendemos bien es nuestra estrella mejor que nos ilumina: el Sol, con sus radiaciones y planetitas alrededor. Cuando nos alejamos de él acucian las sombras. Las vidas se hacen pequeñas y difíciles de encontrar. La luz cíclica es el principio vital de los seres que nos vemos como vivos.
Sigue habiendo quienes se empeñan en superar la comprensión de la ley que generó el mundo y nos ponen los costes de la electricidad fuera de órbita. Es cierto que nuestro mundo se soporta en miles de aparatos alimentados por una energía común. Este alimento que procede principalmente de las vueltas de unas bolitas llamadas electrones, que viajan alrededor de un núcleo, que a su vez van de un lugar más tranquilo a otro más dinámico que le llama potencial. O sea, algo que hasta cierto punto es creíble por la ciencia, pero no lo de los precios, que parecen súper ciencia ficción.
Siendo difícil de explicar ese mundo de mínimos corpúsculos, cuyas leyes han costado decenas de premios Nobel, cómo vamos a explicarnos estos temas domésticos y tan escandalosos. Saber sencillamente el por qué del aumento caprichoso del coste de la electricidad, vulgarmente la luz, se ensancha en un espacio infinito, sin ton ni son y obedeciendo a leyes que no parecen ni físicas ni naturales. Yo creo que nos cobran hasta la oscuridad.
Ahora le echan la culpa al coste del gas natural, a los mercados internacionales y a la subida del CO2. Este repugnante gas que nos cambia el clima, aunque a la vez nos alimenta, como si fuera un drástico y maldito prestidigitador. Nadie realmente quiere explicar lo que ocurre. Quizás porque nadie sabe a ciencia cierta, por qué crece la tarifa eléctrica. Es como un globo hinchable de chicle, de nunca explotar.
No estaría mal, que en vez de presumir diciendo que se equilibraran a final de año con los del 2018, fueran más honestos y cogieran al dichoso electrón por los pelos y lo pararan en seco. Supongo que engordan por aquello de una génesis imposible con el coronavirus, y que ahora exige un mayor sustento para seguir dando vueltas, como las puertas giratorias ¿No será que la electricidad sube porque se acaba hacer buena caja, ya que es posible que otras energías gratuitas y naturales la van a sustituir? ¿Se va terminando el juego de las extorsiones, el chollo de saltitos, torrecitas, turbinas y otros trucos? ¿Llegará un buen día que podamos producir y consumir directa y libremente con dos plaquitas, una para la luz y otra para el calor, a nuestro gusto y costo?
Todo eso junto con el final del petróleo, adivina esta dura transición de guerra en los precios. Parece que acaban de inventar la luz. Mientras, la auténtica batalla que tenemos hoy, que es seguir parando al virus como bien podamos, no tiene tampoco rebaja.
En vez de tanto costo, dediquémoslo a vacunar a todos los que lo necesitan en el mundo, para ver la luz al final de este interminable túnel.