José María Esteban
El verano que viene
Si hay algo seguro, hoy por hoy, es que este verano que acaba de llegar va a ser un verano muy diferente
Si hay algo seguro, hoy por hoy, es que este verano que acaba de llegar va a ser un verano muy diferente. No hace nada que se ha finalizado la alarma, y ya se dan conatos de rebrotes expulsiones en las playas por el cartel ... de completo. Más de una vez, pensé que en Cádiz algún día habría que poner precio a la entrada a la ciudad, al modo de las ciudadelas de Nepal, con tiques de entrada. También en las playas, o por lo menos dado el crecimiento de los propios y extraños, se llegaría a una saturación que obligaría a su control.
Lo que nadie pudo pensar es que cuando ahora decidimos ir al borde del mar, nos situamos en una inquietud de ¿habrá sitio? ¿nos dejaran entrar? Así no es ni disfrutable el verano, ni podremos quitarnos lo calores propios de estas fechas.
La época va a cambiar modos, al menos en fechas cercanas, y no solo en la frontera del agua. Como si estuviéramos en un estado de escasez o posguerra, las colas se harán muy corrientes y no solo habrá que programarse para ir a uno u otro lugar, sino que las inquietudes nos van a confinar voluntariamente mucho más en casa. Y eso no debiera suceder.
Los temas que van aflorando sobre la caída del PIB, los empleos, los ERTE, o cualquier asunto de acento económico, nos van a traer de cabeza, y vamos a tener que sortear piedras por donde vayamos. Vienen épocas donde habrá que esperar que un sistema de seguridad personal, que no es otro que la vacunación masiva, y a ver…, nos devuelva a una situación de cuasi normalidad, sin miedos ni reticencias. Como una pescadilla que se mueve la cola, y se ha dicho hasta la saciedad, hasta que el euro no se mueva y muy rápidamente, no saldremos de esta sima en que nos ha llevado el dichoso virus, con sus efectos y servidumbres.
En Cádiz, que lo hemos llevado con mucha disciplina, resignación y con mucho ojo en la confinación, estamos muy expuestos a contagios. Precisamente por la paradoja de que aquí la contaminación ha sido reducida, por lo que hay que estar mucho más preparados y precavidos, para no romper la cadena de prevención y salud.
Estoy convencido que esta dichosa pandemia, al menos en estos mundos del Mediterráneo europeo, se terminará. Quizás no tan pronto como quisiéramos, pero terminará. Habrá que pasar la prueba del verano y el próximo otoño, para ver los rebrotes y los pasitos ‘patrás’, pero esto se irá, seguro que se irá.
Para que esto suceda cuanto antes, hay que seguir pidiendo a todos que nos comportemos en la idea de que será el verano que viene, el auténtico de disfrutar a tope de todo por todos. Este año en el almanaque tendrá un gran tachón, y sabemos que las cosas pasan y no hay mal que cien años dure. Pero hay que pasarlo.
Por eso seremos tercos, pero hay que exigirlo como si fuéramos autopolicías sanitarios, distancias, limpiezas, mascarillas y precaución. Así adelantaremos la esperanza de que el verano en Cádiz, este que acaba de llegar, sea muy seguro, aunque restringido a como lo tuvimos antes. Suficiente para disfrutarlo. Eso sí, el verano que viene, será el auténtico de verdad y con los mismos ritmos, copas y abrazos con que nos encontrábamos todos. Y lo digo, no solo por animar, que ya estamos de ánimos todos llenos, sino porque el sacrificio vale la pena. Total, en español, eso de decir el verano que viene, se hace extensible al que está como al que vendrá. Mucha Salud, distancias y mascarillas, un poquito más.
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