José María Esteban
Unos Reyes de pequeñas cosas
Salud y que os hayan traído los Reyes cosas buenas de verdad y entre ellas ilusión por la vida, precauciones y una caja de mascarillas
Los camélidos seguirán senderos inseguros, donde la estrella de Oriente los confundirá de nuevo con la reciente gran conjunción de Júpiter y Saturno. Las coincidencias no existen, el orden permanece inalterable. Su dimensión y alcance no somos capaces aun de comprender. Este año 2021, un ... día como hoy de Reyes Magos, singular como todos, pero muchísimo más, debe llenarnos de consuelos, venturas y esperanzas satisfechas.
Estoy convencido que para los pequeños se habrá hecho un gran esfuerzo y traerles, si cabe, todo lo que hayan pedido y más. Para ellos el año pasado ha sido un año duro, sin sus patios, sus paseos, sus amigos, sin cumples ni excursiones, y más fuerte aún: sin sus besos y abrazos familiares. Ellos que lo soportan todo, deben haber tenido grandes recompensas en forma de sorprendentes regalos. Seguro que esta noche pasada han venido los Reyes cargaditos de Juguetes, para el niño de Belen y para todos ellos. También deben haber traído especiales detalles y reconocimientos para los artilleros de primera vanguardia.
Nosotros los mayores, los que aún creemos como los niños que los Reyes existen,–porque es necesario que existan unos Reyes que nos alienten en la mágica noche de la esperanza y el bienestar por venir–, deberíamos haber pedido, no solo lo necesario, sino lo prioritario para todos. Las peticiones en este principio de año se han debido de nutrir de “aquellas pequeñas cosas” que decía Serrat, que identifiquen la memoria de nuestros mejores recuerdos, que al fin y al cabo son las más grandes. Ya hemos aprendido a saborear lo que significa la vida, los miedos, las pérdidas de familiares, los inciertos momentos para entrar y salir, la impropia forma de vivir. Esas pequeñas cosas que teníamos por naturales y bien entendidas para pedir a los Magos, ahora nos planteamos que solo venga un año en forma de salud, y nada más.
Un año donde reconozcamos que la vida es el mejor regalo que se nos puede dar. Un año donde los gladiadores que luchan por nuestras supervivencias, sean auténticamente valorados, queridos y abastecidos. Un año donde las cuestiones materiales se resuelvan también, lo hemos repetido muchísimo, con toda la ayuda de los que han sacado buen rédito de la pandemia. Un año que definitivamente nos devuelva el ánimo y el cariño por un mundo conquistado a base de esfuerzos, honestidades, solidaridad y una nueva manera de ser decentemente natural. Por eso, los temas pendientes de nuestra ciudad como lo es Cádiz, o sitúese en la suya propia Señor lector, deberán también empezar a moverse hacia sus soluciones más rápidas y precisas. Recuperar un empleo perdido, una economía suficiente para subsistir con dignidad. No hace falta tanto para vivir honrada y cabalmente. Que se restauren nuestras mejores murallas para soportar futuros ataques sobre nuestro Patrimonio Vital, Familiar, Económico, Social, Cultural o Artístico. Y que se mantengan continuamente en buen estado, que es lo importante.
La lista de los Reyes Magos que han debido hacer nuestros Gobiernos, deberían situar como regalos, no solo esos puntos que hemos escrito antes, sino una continua labor de auténticos consensos, en los que los ciudadanos hemos deseado situarlos. Ya los pedestales no sirven para nada. Hay que irlos derribando y colocar lo importante, como lo hizo Rodín, Giacometti, Brancussi, etc., a la altura de nuestro paseo. Una peana es arquitectura efímera. El monumento y su mensaje es lo que tiene valor. Aquella fue la revolución de la Época Moderna, con instalaciones que deben comunicarnos y hacernos sentir llanamente humanos.
Urgencias que sean convertidas en resultados felices para lo mejor de todos. Sin aplicaciones de fanáticos requerimientos ideológicos, tecnológicos, ni exigencias de poder, que al fin y al cabo nos están llevando a un disenso peligroso y sin ningún valor a futuro. Salud y que os hayan traído los Reyes de 2021, muchas pequeñas cosas. Cosas buenas de verdad y entre ellas ilusión por la vida, precauciones y una caja de mascarillas. Salud.
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