José María Esteban

Trabajo y pensión

Las pensiones deben igualarse en función de las diferentes etapas de trabajo y cotización

José María Esteban

El debate de las pensiones tiene algo que ver con el de función pública versus empleo privado. Las pensiones de los funcionarios, desde el punto de vista de los empresarios y productores privados, son siempre algo altas. Se produce un choque con los autónomos, que ... dicen que no es el mismo umbral de cobro. Hay prejuicios irreconciliables que creen, en muchos casos, que los funcionarios cobran por haber trabajado poco o lo imprescindible. Ese prejuicio, malicioso, parte del desprestigio del trabajo público, no solo por la política que justifica así a sus asesores, sino por el administrado común. Hasta que alguien en la familia no aprueba una oposición, no es cuando se entiende lo que pasa. Lo asume viendo como alguien es capaz de dedicar, incluso años, para superar las pruebas, y consigue un derecho para toda la vida, pagando al fisco todos los meses, salvo que por expediente se le eche.

En casi todos los países de Europa el número de funcionarios es superior a los de España. Son necesarios porque los gobiernos con su gestión e inversiones, más desde que estamos en Europa, necesitan conocimientos y aplicaciones más especializadas. Los procesos requieren una formación continua muy acelerada. Ocurre también en lo privado, pero se suele arreglar con otras empresas, que dan esos servicios con un coste que siempre se repercute en el producto. En el funcionario esa preparación actualizada es una exigencia diaria, por el mismo precio.

Quien haya trabajado en la función pública y en lo privado, sabe que, por la pensión, nos devuelven retenido en la nómina, lo trabajado previamente. Es una devolución en diferido, Esa pensión, fruto de lo cotizado cada mes y cada año, controlado en la declaración de la renta, es lo que dimensiona el retiro. En lo privado, los costes salariales y las retenciones son diferentes. Aunque también se cotiza por lo que ganas, la diferencia es clara. Sobretodo porque los costes se minimizan, salvo en los jefazos. En lo público se recaudan por retenciones e IRPF, cantidades que sirven para engrosar los presupuestos generales, y más en situaciones de crisis.

Las pensiones deben igualarse en función de las diferentes etapas de trabajo y cotización. Siempre dije que no era mejor jubilarse, que un trabajo si te gusta y quieres seguir, lo que hay que pedir es más vacaciones, salir de los puestos de dirección o escalafón y aportar experiencia y sentido común. Sería cobrar un dinero útil, y no meter tanto paniaguado servil. La pensión, se convertiría en un sueldo digno, hasta llegar a la imposibilidad de producir trabajo eficaz. Pero los sistemas los alimentan la política como subterfugio electoral, y además esa idea sería, por otro lado, un hándicap para contratar gente nueva.

Hay que subir las pensiones dignamente, pero todas deberían partir de un mínimo servicio a la sociedad. Estar cobrando una pensión sin haber trabajado nunca, no es lógico. Y aquí hago una salvedad: no me refiero a la mujer, que asiduamente, dedica el doble de tiempo trabajando para la sociedad y la mitad sin cobrar ni cotizar. El sistema debe revisarse.

Mientras los efectos de esta pandemia harán que los trabajos cambien. Ya casi todo el mundo tiende a ser funcionario, lo privado se ve como un riesgo. Sin embargo, este mundo va por los trabajos autónomos, con pocos desplazamientos y enganchados a una maquinita de teclados, aportando al sistema lo mínimo, que luego repercute en la pensión.

Cuidaros mucho, ya que la vida útil de cotización comienza tarde, y claro, algún iluminado dice que como se empieza a cotizar de mayor, hay que cobrar la pensión casi a punto de irse de este mundo. Salud.

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