José María Esteban
Nos toca ser feliz
Debemos mantenernos atentos y cautos, para no salir corriendo hacia esa felicidad que será palatina y suave, como si de un océano de leve levante se tratara
Sí, “nos toca ser feliz”, parafraseando la bellísima y solidaria canción de Rozalen. Creo que ya va siendo hora que nos vengan menos incertidumbres y más alegrías. Lo que pasa es que seguimos aún en el túnel y aunque la luz se vaya atisbando ... tenue y profunda, sigue estando allí: al fondo .
Ser feliz es un estado ficticio. Solo se consigue siendoconsciente de las pequeñas y sorprendentes situaciones que te producen sensaciones de bienestar y motivación. La felicidad como la verdad, son búsquedas más que conceptos absolutos. Encontrarlas creo que son los dos objetivos primarios del hecho vital y del por qué venimos aquí. Si, en mi opinión y creo que en la de todos, se manosean mucho estos conceptos. Venimos para ser felices, pero eso es solo un deseo, que debe alimentarse con pequeñas dosis de una medicina compuesta de verdad, esfuerzo y honestidad en casi todos los casos.
No sabemos cómo el ser humano se lleva la vida , -no vamos a ponernos metafísicos más allá de lo que mínimamente una persona debe pensar, al menos un poquitín-, preguntándose sobre su por qué y su hacia dónde. En fin esas dos preguntitas de las que se adueñaron las religiones y los traductores del destino y el miedo, que convirtieron este mundo en otro bastante diferente y con otras intenciones.
La época que estamos pasando, para muchos, yo creo que para casi toda la familia planetaria, se nos ha presentado como un intruso que se mete en tu casa. Te la desmonta de arriba abajo, buscando como hacer el mayor daño y tú, impertérrito por la sorpresa, te quedas quieto, como el que ve robar pero no quiere actuar por miedo a que te ocurra algo peor.
Se nos cansa el cuerpo, -seguimos con las acertadas letras de la canción- , y va llegando el momento de pedir que la luz se nos acerque más y sea segura. Aunque el paso de la galería debe producir en nosotros un nuevo tipo de cautelas de las que no éramos conscientes antes del bichito . Estamos ya bastante cansados de escuchar una cantinela sobre datos, números, estadísticas, subidas, bajadas ygeografías comparadas, que solo hacen sino inocular nosotros virus posiblemente más dañinos, como son la incertidumbre y lo dudoso del destino inmediato.
Pasaran algunos años para recomponerse. Las cicatrices serán amplias y habrá que repartir. Si repetimosmachaconamente en estos artículos, hay que repartir. No solo porque hay mucho en bolsillos de pocos, sino porque ahora es el momento de suturar heridas que en parte se hicieron antes de esta era, con transvases únicos a únicos receptores. Los faraones así lo hacían. Estamos en deudacoyuntural con los comercios, la hostelería, los autónomos, empresarios del tipo que sean, los funcionarios, etc. etc. No digamos específicamente los guerrilleros de las barbacanas que han luchado sin casco, que se merecen desde ya mismo un aplauso de forma insonora con incentivos reales y contables. Más soldados con ellos y mejor dotados, definitivamente con mejores protecciones e infraestructuras. Personas y números que deben quedarse para siempre, porque seguro que vendrán otras pandemias. Hay suficiente para ello, si se reparte un poco el mundo.
La luz se vislumbra con la noticia de la farmacéutica y la posible vacuna en pocos meses, y eso nos hace sonreír. Nos hace decir, que ya tenía que pasar, como sigue diciendo la letra de “Vivir”, de nuestra albaceteña. Una ola de esperanza inunda el mundo y todos nos predisponemos a esperar que ya viene lo mejor.
Sin embargo, con esta sana alegría, necesaria y oportunísima para seguir motivados, todavía debemos pensar que el mar tiene muchas olas, con sus crestas y valles . Periodos de pocos segundos en el mar o algunosmeses en este virus. Debemos mantenernos atentos y cautos, para no salir corriendo hacia esa felicidad que será palatina y suave, como si de un océano de leve levante se tratara. Y ya sabemos que el levante, por aquí al menos, cuando le da la gana se revira y encrespa y es máspeligroso.
Nos toca ser feliz, por supuesto. Dentro de menos tiempo del que ya llevamos pasado con estas reclusiones. Si queremos que llegue antes, habrá que ir todavía si cabe, con más precaución. Al menos sabemos que necesariamente nos toca ser feliz, repito, pero saboreemos su llegada con atenta y prudente pasion, sin desbordarnos.
Salud y seguimos atentos a este oleaje.
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