José María Esteban
Los síntomas de la resurrección
Vamos avanzando cada vez mejor y nos acercamos a la distensión y el sanado casi completo por las vacunas
Los lamentos se han producido de mil maneras y seguro que seguirán surcando el aire interminablemente. Muchas voces se han levantado denunciado la pérdida de personas y empleos por millones, así como la muerte de muchas empresas y autónomos. Llevamos mucho tiempo hablando de los ... efectos colaterales y directos de esta pandemia. Es un tema de comentario imparable en estos tremendos meses, donde el bicho ha campeado por sus lares.
Me propuse establecer este año una estructura lectora que soportara más bondadosamente las esperanzas sobre el final de la pandemia. Vamos avanzando cada vez mejor y nos acercamos a la distensión y el sanado casi completo por las vacunas. Comprobamos como se producen bajadas de los terribles números de pérdidas de vidas, así como de infecciones y de la ratio sobre miles de habitantes. Todo ha sido un ritmo de tambor contundente y desafinado que ha tronado en nuestros oídos.
Es magnifico comprobar como el aire se llena de transparencia, de vida y la búsqueda de dimensiones auténticas, así como de sus claras voces, aunque éstas sigan amortiguadas aún por el paño de pureza. Vienen inexorablemente mejores tiempos y ello satisface con más fruición nuestros corazones.
Sólo basta dar una vuelta afuera y encontrar que la calle está más frecuentada y habitada. Ya se palpan otras caras que hace tanto no se veían. Personas desconocidas de otros sitios, atentas al disfrute de nuestra mejor tierra. Todo regresa a su amplitud lentamente, y eso nos da nuevos bríos para buscar los ánimos perdidos.
Las tierras del sur siempre se han sabido conquistadas, ya que tienen el encanto de sentirse propias de todos, con el espíritu generoso del disfrute de la vida en las mejores relaciones. Este sur del sur sana y es sobretodo la casa común. una vez que los visitantes se hacen nuestros. Ocurre con todos los sures de cada país en el mundo.
Los aromas suelen ayudar mucho y aquí el mar posee uno de los mejores perfumes con mayor atracción y recuerdo. Su fragancia terapéutica, hace encontrar el interior más niño de todos nosotros y con ello avivarnos los recuerdos y las felices, sanas y jubilosas aventuras infantiles. Sin embargo, a medida que vamos recobrando ese pulso dislocado, también vamos comprobando como la vuelta a la normalidad va acompañada de un aumento del valor de los intercambios, que podría no estar en el guion. Los precios, así de claro, están buscando sanar la herida de las pérdidas en menos tiempo del requerido.
No estaría bien que, por un periodo de cierre por enfermedad, se quiera entender que hay que equilibrar rápidamente los bienes no abastecidos. En una palabra, todo sube más de la cuenta como si faltara el aire.
Sería mas sano que con la retirada de la pandemia, todo pudiera estar a continuación del renglón donde se dejaron las cosas. Estaría bien pedir por los servicios, alquileres, viajes, tapas, copas, etc., un precio atemperado al orden del renglón siguiente y no como si la vida hubiera progresado, después de lo pasado, hacia una futura galaxia temporal. Atemperamiento y templanza en el equilibrio de lo perdido.
El rebote del péndulo vital es tan potente, que parece que se tiene miedo a que vuelva a tornar de nuevo a otra nueva crisis y de ello se aproveche y empeñe la oferta. Dichosa culpa de nadie, o de dos chinos… Que hace que todos la tengamos que pagar con más de lo proporcional, y no es justo.
Salud y cuidaros. Disfrutemos de la nueva realidad, pero si nos la ponen más cara de lo razonable, no habrá estima en consumir y perderemos los síntomas de la resurrección.
Ver comentarios